La teoría que se descartó demasiado pronto: ¿pudo salir el coronavirus de un laboratorio de Wuhan?
La hipótesis, que ha provocado choques entre Estados Unidos y China y de la que no hay evidencias, fue descartada recientemente por la Organización Mundial de la Salud tras su visita a Wuhan
Sin embargo, científicos como Robert Redfield, ex director de los CDC de Estados Unidos, apuntan al escenario de un fallo accidental por la rápida capacidad de transmisión del coronavirus
Otros expertos recuerdan que los errores de seguridad en laboratorios ocurren también en EE.UU. y en Europa, y que son más frecuentes de lo que podría pensarse
¿Pudo salir el coronavirus del accidente de un laboratorio en Wuhan? La hipótesis, que nunca contó con demasiado apoyo, fue descartada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) tras una visita el mes pasado a la ciudad china, el primer epicentro de la pandemia. El organismo privilegió entonces otras teorías: el salto desde un animal o a través de especies intermedias, e incluso desde comida congelada. Sin embargo, el escenario de un fallo de laboratorio, que ya ha supuesto tensiones entre China y Estados Unidos, ha vuelto a surgir esta semana.
Al menos a esa dirección ha apuntado Robert Redfield, ex director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE.UU. entre 2018 y 2021. "Todavía pienso que la etiología (causa de la enfermedad) de este patógeno en Wuhan fue un laboratorio, de donde se escapó", indicó el viernes en el extracto de un documental que la cadena CNN emitirá este fin de semana.
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La lógica de Redfield es simple: un virus no podría ser tan infeccioso, ni propagarse tan rápido por el mundo, apenas al transmitirse desde un animal. "Soy virólogo, he pasado todavía mi vida en la virología, no creo que esto fuera de los murciélagos a los humanos y que en ese momento, cuando saltó a los humanos, se convirtiera en uno de los virus más infecciosos que conocemos", afirmó el experto. "Normalmente cuando un patógeno pasa de zoonótico a los humanos toma tiempo mientras se hace más y más eficiente en la transmisión entre humanos. No creo que tenga un sentido biológico", agregó.
En cambio, y aunque la hipótesis es siempre la de un escape accidental, un virus que sale de un laboratorio podría ser mucho más infeccioso ya al empezar propagarse, sin necesitar mucho más tiempo. "Digamos que tengo un coronavirus con el que estoy trabajando, la mayoría de nosotros en los laboratorios intentamos cultivar virus a los que ayudamos a crecer mejor y mejor para hacer experimentos e investigar, es así como lo hacemos", estimó Redfield.
Una teoría que no es nueva: de los cables del Departamento de Estado al choque de Trump con China
La teoría no es nueva. Ya el año pasado, el Washington Post hizo referencia a dos cables del Departamento de Estado de enero de 2018 que señalaban presuntos fallos de seguridad del Instituto de Virología de Wuhan, el primero en China en tener la más alta certificación internacional en bioinvestigación y que lleva años investigando coronavirus de murciélagos.
En sus visitas ese año al centro de investigación (que recibía apoyo de la Universidad de Texas y de otras instituciones de Estados Unidos), lo que vieron el cónsul y los agregados científicos de la embajada estadounidense en Pekín fue tan preocupante que enviaron dos cables, clasificados pero no confidenciales.
Los informes expresaban preocupación por los "protocolos de seguridad y sanitarios" del Instituto, a la vez que pedían más apoyo al Gobierno estadounidense. En rigor, el primero de los cables advertía del trabajo del laboratorio con coronavirus y de que su potencial transmisión en humanos representaba un riesgo en forma de un nuevo brote como el SARS.
A pesar de que ningún indicio apuntaba entonces ni apunta ahora a un virus creado, la idea de un patógeno diseñado artificialmente fue abrazada rápidamente por el expresidente Donald Trump y propició un cruce de acusaciones con China, además de alimentar teorías conspiranoicas. Washington investigaba entonces la posibilidad de una creación de laboratorio y que el gigante asiático hubiera mentido, un enfoque que cambió con la administración de Joe Biden.
Los virus también escapan de los laboratorios en EE.UU. y en Europa
"No hay duda de que la teoría de la fuga de un laboratorio se ha convertido en una desagradable arma política y racial. No obstante, esa retórica debe separarse de las preguntas legítimas sobre la seguridad del laboratorio que merecen una investigación", escribe la periodista estadounidense Alison Young en el periódico USA Today.
La reportera, que cree que todas las hipótesis deben ser investigadas con el mismo rigor, ha estado informando durante años sobre fallos de seguridad en laboratorios del país norteamericano que en general son mantenidos en secreto. Si Peter Ben Embarek, el jefe de la misión de la OMS que visitó China hace más de un mes, descartó un error de laboratorio porque son muy infrecuentes, estos son, por el contrario, más comunes de lo que podría creerse.
Young explica que tanto científicos como miembros del Congreso estadounidense han expresado su preocupación por el asunto desde hace tiempo, y recuerda que en el mismo edificio de los CDC un experimento con una bacteria muy infecciosa (y a nivel de bioseguridad 3, el segundo más alto) era llevado a cabo con una puerta reforzada con cinta adhesiva, tras un fallo anterior con la ventilación.
En esa línea, la experta cuenta que los laboratorios del país notificaron más de 450 incidentes de 2015 a 2019 con patógenos como el ántrax o el virus del Ébola. "En casi todos los casos reportados, los reguladores consideraron que los fallos eran lo suficientemente graves como para poner a los trabajadores en riesgo", escribió Young.
"Cuando ocurre algo inusual, hay que considerar explicaciones improbables"
Pero no solo ocurre en Estados Unidos, como recordó recientemente en Twitter el epidemiólogo y microbiólogo Marc Lipsitch, de la Universidad de Harvard. Los fallos han sido reportadas también en países como el Reino Unido, donde una investigación de The Guardian en 2014 informó de más de 100 fallos en un lustro.
"No se trata de teorías conspirativas ni de atacar a China", señaló Lipsitch. "Se trata del principio básico, al menos tan antiguo como el reverendo Bayes y Sherlock Holmes, de que cuando ocurre algo inusual, hay que considerar explicaciones que también son individualmente improbables", agregó el científico.
En tanto que un patógeno puede salir de un laboratorio de varias maneras (un trabajador infectado, aire contaminado, ropa o equipos impregnados del virus) y hay incluso brotes documentados, algunos expertos consideran que ninguna pista debería ser descartada de plano. Pero, sobre todo, que la búsqueda de evidencia científica no debería ser politizada ni estar presa de teorías de la conspiración.
Así lo cree Nikolai Petrovsky, un inmunólogo australiano al que desde el principio de la pandemia, hace más de un año, le pareció que el SARS-CoV-2 estaba sospechosamente muy bien adaptado a los humanos. "Si estamos en el punto en el que toda la ciencia está politizada y a nadie le importa la verdad y sólo ser políticamente correcto, más vale que nos demos por vencidos y dejemos de hacer ciencia", expresó hace unos días al MIT Technology Review.