Cáscara de coco, tencel, cáñamo, bambú, mushkin, piñatex y fibra de banano, son algunos de los que se han sumado a los ya tradicionales tejidos reciclados y orgánicos de algodón, lana, seda y lino. Muchas firmas de moda los han incorporados a su proceso de producción y entre ellas cabe mencionar algunas con sello made in Spain.
Cuero vegetal: Mushkin y piñatex
El mushkin es un tejido muy similar al cuero que se obtiene de la parte superior de las setas. Fue desarrollado por la empresa italiana Grado Zero Espace y se procesa de manera muy similar al cuero animal, pero sin químicos. Tiene una gran capacidad de absorber la humedad y luego soltarla. Por su parte, piñatex es otro tejido similar al cuero que se obtiene de los residuos de las fibras de hoja de la piña producidos en el proceso de la cosecha. Fue creado por Carmen Hijosa y algunas marcas como Campino, Puma o Camper ya han experimentado con este material en la fabricación de bolsos, zapatos y zapatillas.
Tejidos que salen del tallo: cáñamo, bananoy flor de loto
El cáñamo es un tejido que se produce a partir del tallo de la planta del Cannabis. Se trata de un material muy resistente y cálido, pero de tacto delicado que se utiliza para producir desde lencería hasta vestidos de alta costura y con él trabajan marcas eco como la catalana Pure Gren Apparel o la gallega Naturwear. También del tallo del banano se puede producir un hilo antialergénico y muy transpirable similar al cáñamo con el que se ha experimentado en la elaboración de ropa interior de caballero. Otro tejido eco de última generación es la fibra del tallo de la flor de loto. Descubierto por el francés Awen Delavel. Este tejido que es una mezcla entre seda y lino, tiene cualidades muy especiales: es resistencia al agua, antimanchas, transpirable y no se arruga.
Tejidos que salen de la pulpa del bambú y el eucalipto
Si el algodón orgánico es el rey de firmas eco como Yarama Wax -que además promueve la liberación e integración laboral de las mujeres mauritanas-, Pepa Loves, Lifegist, Maripuri Tijeritas, Cus o Andrea Martínez, sus grandes sustitutos vienen de la pulpa de bambú y de la pulpa de eucalipto. De la primera se elabora uno de los tejidos ecológicos más revolucionarios del mercado pues la planta de bambú crece muy rápido, no necesita pesticidas, ni fertilizantes y además es antibacteriana, protege contra las radiaciones ultravioletas, es transpirable, termorregulador y antialérgico. La segunda se utiliza para la elaboración de Lyocel, conocido como Tencel, un material que no sólo necesita menos energía para su producción, sino que es biodegradable y no se arruga. Eccology y Zurda son dos de las firmas que las ha incorporado en la producción de su ropa.
Cáscara de coco y de plátano: reutilizar los deshechos
Los hilos de cocona y el carbón activado procedente de la cáscara del coco tienen ciertas propiedades -transpiración, aceleración del proceso de secado, control del olor corporal, protección frente a los rayos UV del sol- que los convierten en materiales idóneos para la elaboración de prendas deportivas, de montaña y bañadores como los que fabrica Vissla. En cuanto a la cáscara del plátano, igual que sucede con la fécula de la patata, puede ser la solución al temido plástico, pues con ella se ha conseguido hacer un plástico compostable y biodegradable.