Francisco Javier Almeida, el detenido por el asesinato del pequeño Alex en Lardero, es un hombre de 54 años y con antecedentes por agresión sexual en 1993, por la que se le sentenció a 7 años de prisión, y por asesinato y agresión sexual, en agosto de 1998, sentenciado a 20 años y 10 años, respectivamente.
En 2020, según ha confirmado la Delegación de Gobierno, fue trasladado desde otra prisión al Centro Penitenciario de Logroño y obtuvo la libertad condicional el 8 de abril de 2020. La condena se extinguía el 17 de agosto de 2023.
Por ello, desde que salió en libertad condicional, los técnicos de prisiones de la oficina que supervisa las libertades condicionales revisaron que el acusado cumpliera las condiciones decretadas por el juzgado para poder continuar en este grado de libertad.
Algunas de estas condiciones, recogidas por el medio local La Rioja, eran comunicar cualquier cambio de domicilio o teléfono, conseguir un trabajo para hacerse cargo de la responsabilidad civil impuesta por su anterior condena y personarse ante los técnicos de prisiones cada 60 días.
Según fuentes penitenciarias, los funcionarios habían realizado cinco intervenciones de seguimiento 2020 y 11 más hasta septiembre, con un total 16 durante la libertad condicional del acusado.
Así, los encargados de prisiones ya habían acudido a su domicilio de Lardero, donde presuntamente cometió el crimen, para entrevistarle y comprobar que cumplía todas las normas. La última de estas reuniones se realizó en septiembre, y los técnicos tenían prevista la siguiente para este mes de noviembre.
Sin embargo, esta visita nunca llegó a cumplirse ya que Francisco Javier presuntamente asfixió al pequeño Alex después de engañarlo para que subiera a su casa a enseñarle un animal.
Francisco Javier Almeida se encuentra en prisión provisional comunicada sin fianza por un delito de homicidio. Allí, en la cárcel, su única petición ha sido poder hablar con el sacerdote de la prisión.
El acusado ha solicitado por escrito poder hablar con el cura y entrevistarse con él "a la mayor brevedad posible".
El centro penitenciario donde permanece ha aplicado el protocolo antisuicidios, y a Francisco Javier se le ha asignado un 'preso sombra' para que esté atento en todo momento a sus movimientos. Por el momento el detenido permanece custodiado en una celda de observación por protocolo de covid, ya que los presos que ingresan tiene que estar 10 días en cuarentena.