Técnicos en emergencias sanitarias: "Lo estamos dando todo para combatir la epidemia"
Responden a los avisos del al 112 y trasladan a los pacientes a urgencias o acuden a sus domicilios para tomarles las muestras
Denuncian la falta de medios para contener la propagación y protegerse de contagios
Trabajan en empresas subcontratadas por los servicios sanitarios de las Comunidades Autónomas con contratos precarios
Son técnicos en emergencias sanitarias. Profesionales que estos días no dan abasto. A sus mandos llevan una ambulancia y se encargan de atender las llamadas de aviso, trasladar a los enfermos a centros hospitalarios y de prestarles asistencia domiciliaria. Estos héroes combaten en primera línea la epidemia del COVID-19. Llevan un mes sin descanso.
Antonio Portu vive en Hernani, en Guipúzcoa. Durante 12 horas seguidas traslada a los pacientes de urgencias al hospital de Donosti en una ambulancia de Soporte Vital Básico de la Osakidetza. "Cualquier síndrome respiratorio ya se considera caso posible de COVID-19. Pero atendemos todas las emerencias y tenemos que ponernos siempre las mascarillas quirúrgicas. Te puedes imaginar, esto es un sin parar. Estamos dando el 200% y acabamos reventados. Además ves que la curva sigue creciendo y eso genera un nivel de estrés muy elevado", confiesa a NIUS.
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Adela Augusto tiene su base en Villanueva de la Vera, en Cáceres. Presta servicio en el Servicio Extremeño de Salud (SES): "Nosotros no podemos realizar traslados porque sólo hay tres puntos donde se pueden desinfectar las ambulancias; eso nos dejaría mucho tiempo sin poder atender a otros pacientes. Todas las personas con síntomas como tos y fiebre se consideran posibles, pero sólo se pueden hacer test cuando los casos son graves. Nosotros acudimos a sus domicilios para tomarles las muestras. Yo voy con un médico y un enfermero y espero fuera. No podemos gastar tres equipos de protección individual (EPI) cada vez que salimos porque no tenemos suficientes", relata.
Estos dispositivos son básicos en momentos de crisis sanitarias. Las autoridades recomiendan a los ciudadanos que presenten síntomas que no acudan a los hospitales ni a los centros de salud porque se encuentran saturados. Deben llamar a los teléfonos facilitados en cada comunidad y permanecer en cuarentena domiciliaria.
A menudo reciben las quejas de los que llevan días aguardando. Les acusan de no acudir a sus domicilios o de hacerlo tarde, pero prefieren quedarse con el merecido reconocimiento de los ciudadanos. "Lo estamos dando todo para combatir la epidemia y lo estamos haciendo muy bien. La gente nos aplaude cuando vamos a una intervención o cada noche desde sus ventanas y balcones. Trabajamos por vocación y esos aplausos suponen un chute de adrenalina, son realmente muy emocionantes. Pero es agotador, no podemos llegar a todo como nos gustaría. No tenemos los elementos necesarios y tememos además por nuestras familias" cuenta Antonio.
Traslado de pacientes
Este técnico asegura que está permanentemente en guardia. Desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche esperando los avisos del 112. "Llegas a un domicilio donde no sabes lo que te vas a encontrar. Todos los pacientes deben ponerse mascarillas y nosotros también. Si presentan síntomas compatibles con coronavirus debemos ponernos además los Equipos de Protección Individual (EPI): buzo, mascarillas fpp2 o fpp3, guantes, gafas, con lo que eso conlleva. Luego te vas a casa y no descansas. Empiezas a pensar si lo habrás hecho todo bien, cómo estarán tus compañeros y qué va a pasar cuando vuelvas, contando las horas que te quedan", narra.
Antonio asevera: " Nos ha pillado a todos fuera de juego pero ahora estamos desbordados y sin medios. Este martes el servicio estuvo parado de ocho a diez de la mañana porque no teníamos EPIS. Tuvo que venir el jefe y nos trajo tres mascarillas contadas. En una emergencia ya se habían gastado. No podemos estar así. Si a las ocho de la mañana tenemos cuatro mascarillas, para dos servicios ya no llegan. Vemos cómo ademas van cayendo poquito a poco los compañeros. En Guipúzcoa ya tenemos uno que ha dado positivo y otros 6 en cuarentena", argumenta.
La recogida de muestras
Adela presta servicio en cinco pueblos de la comarca de la Vera, en la Sierra de Gredos y al nordeste de Cáceres. "Como en todas partes estamos saturados, absolutamente desbordados. En Extremadura sólo hay tres puntos para desinfectar las ambulancias: en Cáceres, Mérida y Badajoz y no podemos realizar traslados. Aquí cada desplazamiento supone como mínimo media hora y eso para recoger al enfermo. Luego hay que llevarle al hospital, lo que nos quitaría demasiado tiempo para atender otras urgencias", cuenta.
Entre sus pacientes se encuentra una mujer de 90 años que la semana pasada fue trasladada desde una residencia de ancianos de Arroyo de la Luz -un pueblo aislado en el que han fallecido tres personas por coronavirus, 35 han dado positivo y un centenar se encuentran en cuarentena- a otra de Madrigal de la Vera. Presenta todos los síntomas y permanece aislada. "El sábado le hicimos la recogida de muestras y están esperando los resultados. Son factores de mucho riesgo", lamenta.
Para realizar este servicio Adela debe salir de Villanueva, tomar una carretera de doble sentido llena de curvas hasta llegar a Madrigal y recoger las muestras. Luego las lleva al hospital de Navalmoral donde son analizadas, un recorrido de 200 kilómetros.
"Ese día teníamos cinco servicios pero sólo pudimos recoger dos muestras porque no había tests suficientes. Es lamentable, estamos desabastecidos. Tuvimos que esperar a que llegasen más el domingo y así andamos. Después de saber que había fallecido la primera víctima de Arroyo de la Luz saltaron las alarmas. Ataron cabos y sospecharon que esta mujer podría haberse contagiado allí. Pasaron varios dias hasta que lo detectaron", critica.
Desbordados y sin medios
Adela nos describe cómo se viste: "Yo llevo una bata que es como si cortases una bolsa de basura, completamente abierta, sin empuñaduras ni en las mangas ni en las piernas. Los EPIS sólo se los ponen el médico y el enfermero que toman las muestras, pero si luego se sientan a mi lado durante 50 kilómetros yo estoy totalmente expuesta. Aquí no hay margen de error ni distancia de seguridad y el virus no perdona", remarca.
Esta joven se adapta como puede a los protocolos de actuación. "Cambian cada día, no recibimos formación específica. Los miércoles hay reuniones y van los jefes, que después nos cuentan. Yo por mi cuenta veo tutoriales, vídeos que envían los compañeros e intento ponerme las pilas", cuenta con una sonrisa.
Su tono se vuelve serio al recordar a algunos compañeros que se han contagiado. "El otro dia un chico del SAR hizo un traslado a Madrid. Se puso el traje antes de tiempo y al final también es víctima, de esta forma es imposible contener la propagación", asevera.
El transporte sanitario en las comunidades autónomas depende de empresas subcontratadas por el servicio de salud de cada región, excepto en Madrid capital y Baleares. Salen a concurso, pero son considerados servicios extrahospitalarios y estos profesionales tienen contratos precarios. La situación es muy parecida en todo el país.
El Sindicato FS- TES denuncia la falta de medios y pide a las administraciones que adopten medidas urgentes. Solicita que se dote a estos profesionales de elementos adecuados para frenar la expansion y protegerles de contagios. Estos técnicos no pueden quedarse en sus casas, ni suspender su actividad laboral. El material les llega con cuentagotas.
Manuel Martín es el Secretario de FS-TES en Cataluña. Enumera algunas definciencias con las que se encuentran: "Empezaron diciéndonos que llevásemos el máximo de protección durante los servicios y a día de hoy el SEM le pide a las empresas que vayamos los técnicos delante con mascarillas quirúrgicas y si sospechamos que el paciente puede ser positivo, nos pongamos batas y guantes, le pidamos que se suba él solo en la parte de atrás y ya no hagamos nada más salvo cuando el paciente tenga que ser intubado o tratado medicalizadamente y entonces ya acudirá una unidad avanzada para el tratamiento con el equipo completo. Además tampoco se han hecho las pruebas a compañeros que han estado con pacientes infectados y les han mandado ir a trabajar. Sólo les han pedido que se quedaran en su casa cuando ya han presentado síntomas" critica. Además una empresa contratista del SEM ha propuesto un ERTE a los técnicos en emergencias, situación controvertida porque ahora es cuando más se necesita este servicio.
En la Comunidad de Madrid, los técnicos del SUMMA reciben el material con cuentagotas. La Consejería hizo acopio hace unos meses tras comprobar que los que había en stock se habían adquirido durante la crisis del ébola en el año 2012 y había algunos caducados. El cuatro de marzo este diario recogió unas imágenes en las que podía verse cómo los sanitarios llegaban con monos blancos a un domicilio para recoger a una niña de cuatro años y a sus padres , que dieron positivo para trasladarles al hospital Ramón y Cajal "
"Salimos a la calle a buscar a los enfermos. Al final somos la punta de lanza de esta sociedad y vamos cayendo poquito a poco todos. No sé qué va a ocurrir si esto continúa así", manifiesta Antonio. Desde hace días vive pendiente de la información, con sensación de malestar:" Mi pareja además trabaja en el ámbito sanitario, es auxiliar de geriatría en una residencia de ancianos. Nada más entrar en casa nos quitamos la ropa y la lavamos, nos duchamos, dormimos en distintas habitaciones por si acaso, en camas separadas. Después de días de guardia intensa te quedas otros cuatro encerrado en casa. Al final no te relacionas, estamos angustiados, todo eso va sumando y te va minando, es un sinvivir", subraya.