Nunca habríamos pensado que las aguas residuales nos ayudarían tanto. Se trata de un sistema pionero para determinar en qué zonas existe el SARS-CoV-2 y en qué concentración. Toma muestras de las depuradoras y puede localizar el punto exacto del contagio para actuar de inmediato.
La intención es centrar la atención en los puntos en los que se están detectando positivos, localizando el municipio, el barrio e incluso el edificio. El agua se analiza a través de test PCR. Y esta es su gran ventaja: no sólo permite detectar positivos de enfermos por la COVID-19, sino también de los asintomáticos.
El objetivo es que, antes incluso de contabilizar un número elevado de enfermos, seamos capaces de adelantarnos y detectar casi en tiempo real a este enemigo invisible.