Raúl Martínez, taxista sevillano con once años de experiencia al volante reconoce que fue un golpe de suerte lo que le llevó a encontrar deambulando por la calle a Paola, una joven sevillana discapacitada de 16 años que llevaba más de dos horas perdida de sus padres. Para él se trata tan solo de un servicio público más de todos los que presta el sector sobre todo en momentos difíciles para los ciudadanos.
Para la joven Paola la música es su mundo. Es feliz con su MP3 conectado y con los auriculares al oído. A última hora del pasado miércoles, Paola paseaba acompañada de su madre y una pequeña discusión sobre su dispositivo acabó convirtiéndose en una de las peores horas que ha vivido esta familia.
La joven de 16 años, enfadada por no poder disfrutar de la música que tanto le gusta se separó de su madre y comenzó a caminar sin un destino claro, solo el de mostrar su enfado.
La familia dio rápidamente la alerta a la policía local pero pasaban las horas y nadie la encontraba. La alerta entró entonces en el grupo Zello Taxi Sevilla creado por Raúl de Élite Taxi y en el que participan unos 300 profesionales.
Rápidamente, este colectivo de taxistas puso sus vehículos, su tiempo y profesionalidad en localizar a Paola.
La suerte quiso que fuese Raúl Martín Carballo, el que mientras realizaba un servicio, localizase a la joven.
En el momento en que la vio, Paola iba acompañada por un joven que se la había encontrado minutos antes. Había estado caminando más de tres kilómetros en las más de dos horas que estuvo perdida.
Por suerte, a Raúl solo le hizo falta media hora desde que recibió la alerta por el grupo hasta que la localizó en la Ronda del Tamarguillo. Porque todos los taxistas de Sevilla fueron uno en su búsqueda.
Su primera impresión es que Paola se hallaba desconcertada, “la noté muy tímida y desconfiada”, asegura este profesional del taxi aunque “poco a poco se relajó y terminó gastándome bromas”.
A pesar de estar realizando un servicio en ese momento, Raúl montó en su vehículo a la joven y la llevó hasta la comisaría de Nervión, como ha informado El Diario de Sevilla. Durante el camino, hablaron poco. Le preguntó por lo sucedido y la tranquilizó asegurándole que la llevaría con sus padres.
Minutos más tardes, Raúl y Paola llegaron a la comisaria en dónde los padres de la joven la recibieron con los brazos abiertos y con el susto aún en el cuerpo. Abrazos tan amplios y agradecidos como los que le dio el padre de la joven a Raúl.
No es la primera vez que los taxistas sevillanos o de cualquier ciudad española llevan a su máxima expresión la idea del servicio público. Lo vimos durante el atentado de ETA en Sevilla cuando mataron a Jimémez-Becerril, en Barcelona con el atentado de las Ramblas o en Madrid, cuando los atentados del 11-M.
Pero también están ahí cuando reciben el aviso de la pérdida de una mascota o de una persona mayor con problemas. Ellos aseguran que no lo hacer por obligación sino por sentido de deber y ciudadanía. Es la otra cara del taxi, esa que a veces pasa desapercibida para el común de los ciudadanos.