Los tatuajes suelen tener un significado para la gente que se los graba en la piel. A veces suelen ser fechas, otras nombres y, en otras ocasiones, símbolos o palabras que suelen significar algo para la persona que decide tatuárselos. Un ejemplo de tatuajes con un significado especial lo ha querido compartir con todos sus seguidores una usuaria de Twitter llamada Eva.
"Me tatué "paciència" en el brazo, así en valenciano, porque mi abuela siempre me decía "pasènsia, Eva". Tuvo agorafobia desde los 35 hasta los 50. Nunca lo supo nadie, viuda y con tres hijxs a su cargo, se lo calló y lo luchó sola. A mis 18 desarrollé agorafobia yo", comenzaba a explicar la joven en su hilo de Twitter.
Al parecer, tanto su abuela como la joven padecen agorafobia. Esta fobia consiste en tener un temor obsesivo ante los espacios abiertos o descubiertos y en los que se halla mucha gente. Este temor te hace sentir atrapado, indefenso o avergonzado. Hasta tal punto puede llegar este miedo que, en muchas ocasiones, se intenta evitar este tipo de lugares o situaciones.
En su explicación, Eva ha querido seguir mostrando qué le llevó a tatuarse la palabra "paciencia" escrita por su propia abuela. Al parecer, cuando la joven tuvo su primer "arresto domiciliario por culpa de su cabeza" la primera visita que acudió a su casa fue su abuela. En esta visita, la mujer le confesó que ella también padecía esta fobia.
Además, también ha compartido el truco que le enseñó su abuela para controlar los ataques de pánico que sufre por culpa de la agorafobia: "Enseñó a abrir y cerrar las manos fuerte y contando hasta cincuenta. Me hizo hacerlo con ella. A día de hoy, es lo primero que hago cuando empieza a darme un chungo. No me funciona como método de distracción, me funciona como método de amor. Cada vez que abro y cierro las manos con fuerza me recorre el amor de mi abuela aquella tarde, cuidándome y abriéndose para hacerme sentir menos sola".
Por último, la usuaria ha querido detallar el último ataque de agorafobia que ha sufrido. Según ha contado ella misma, "Valencia me tragó entera. Pasa una vez cada mucho, pero ayer pasó, e hice un maravilloso paseo de dos horas mientras abría y cerraba los puñitos e intentaba racionalizar aunque fuera lo más mínimo. Lo conseguí (con la ayuda de una llamada a mi hermana). Y me quedé exhausta, cansada, asustada y, sobre todo, harta de estar asustada".