El 45,5 por ciento de los 558 conductores fallecidos el año pasado en accidentes de tráfico sometidos a autopsia habían consumido alcohol, drogas o psicofármacos, y la mayoría de lo que dieron positivo a alcohol, un 80 por ciento, arrojaron tasas que duplicaban a las permitidas.
Son las principales conclusiones de la memoria anual del Instituto Nacional de Toxicología sobre la incidencia del consumo de alcohol, drogas y psicofármacos en las víctimas de tráfico, presentada este martes y que recoge los análisis realizados a 766 fallecidos en accidentes viales, de ellos 558 conductores, 130 peatones y 78 acompañantes.
Los datos revelan que después de tres años de descenso en la cifra de positivos, en 2019 los casos positivos de consumo de alcohol ha repuntado un 1,6 por ciento, en tanto que siguen aumentando los datos de conductores fallecidos tras tomar alguna droga, que el pasado año se elevó un 7,9 por ciento.
Más del 80 por ciento de los casos positivos de conductores muertos a la prueba de droga dio una tasa por encima del 1,20 gramos por litro, lo que supone una consumo de alcohol al volante muy elevado.