El sector de la restauración ha sufrido tanto con la pandemia del coronavirus que ahora se enfrenta a otro dilema en ciudades como Granada donde las tapas son gratis. El alcalde, Francisco Cuenca, ha desatado la polémica y ha cuestionado que deban promocionarse como reclamo turístico.
Aunque, de momento, y para tranquilidad de los amantes de los bares en la ciudad, la consumición y la tapa seguirán yendo de la mano. Ha sido el propio alcalde quien ha querido dejarlo claro después de que la polémica indignase a una gran parte de la población. Y rectifica. Admite que lo quiso decir es que "Granada es mucho más que sus tapas" y que la ciudad tiene un gastronomía riquísima.
Y es que es imposible pisar Granada sin pensar en las tapas y no caer rendido ante ellas. Son una seña de identidad de la ciudad, junto con la majestuosa Alhambra, para los locales y turistas. Pero su gratuidad podría pasar a la historia: "Tras la pandemia, en una situación de incrementos de costes vertiginosos que estamos padeciendo diariamente, nosotros no podemos subsistir de la tapa", apuntan los hosteleros. Por eso, desde el Ayuntamiento abogan por dejar de promocionarlas. Su alcalde, insiste, "además de esta tapa existe una magnífica gastronomía".
En el País Vasco, con sus famosísimos pintxos, de pago claro, porque si no sería imposible que "cuadrasen los números", su sello es una fórmula diferente. Pero en Granada, muchos locales se niegan a cambiar su esencia, porque, admiten, "si quitamos las tapas, no hay Granada".