Supervivientes al maltrato: “cuando otras mujeres nos ven felices, quieren serlo también”
Laura se casó con un maltratador, el padre de sus 3 hijos. Logró darse cuenta de que lo que sentía por aquél hombre era temor. Pero fue su hijo mayor, que solo tenía 6 años quien dio el aldabonazo definitivo para que escapara. Le dijo, “mamá cuando me vas a sacar de aquí”. Y con la ayuda de su madre, que vio un día sus moratones, emprendió un nueva vida.
Rosalía pensó en el suicidio. Pasó más de 30 años con su marido controlador y violento. Tenía 58 años cuando el mayor de sus dos hijos, tras un episodio violento en el que el padre les volvió a amenazar con un cuchillo, le dijo “Esto se acabó mamá, nos vamos”. Y Rosalía salió de nuevo al mundo y descubrió que había muchas más personas que valoraban sus capacidades.
Ana Bella tenía 4 hijos, un negocio de arte más que próspero y 11 años de maltrato. Tenía 29 años cuando mientras él la ahogaba con sus manos para forzarla a no pedir el divorcio, su bebé de 9 meses empezó a llorar y el instinto maternal saltó como un resorte. Le dio la razón a él, pero tomó fuerza para recoger a sus cuatro hijos e irse directa a comisaría a denunciar al maltratador.
Cada una de estas mujeres disfruta de una vida plena, sin violencia. Son mujeres no víctimas, y ahora ayudan a otras mujeres que sufren como ellas saben, a tomar las riendas de su vida. Laura ayuda a mujeres de su país natal Perú, a través de la organización RENACE. Ana Bella es el motor de una Fundación (https://www. fundacionanabella.org/) que teje una red de 25.000 mujeres que escuchan y acompañan, en la que también está Rosalía. “Damos testimonio positivo, que se vea nuestra cara, sonrientes, porque somos mujeres victoriosas, eso anima a otras mujeres a querer ser, también, felices”.
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