Los supervivientes del incendio de Badalona: "Una mujer murió en mis manos y no pude salvarle la vida"
NIUS habla con varios supervivientes del incendio que nos cuentan cómo lograron escapar del edificio en llamas.
La nave albergaba a cerca de dos centenares de personas en situación irregular y su propietario nunca denunció la okupación "por humanidad"
El incendio ha causado la muerte a tres personas y otras 18 han resultado heridas, tres en estado grave
A Abdou las llamas le sorprendieron cuando estaban a punto de cenar. Esa noche acababa de comprar comida e iban a prepararla junto a su compañero de habitación, Mamadou. Habían comprado pollo, refrescos de todos los sabores y macarrones con tomate, “todo un manjar” que esperaban poder disfrutar. Pero el fuego cambió todos sus planes. Pasadas las ocho de la noche un compañero les advirtió que “el edificio estaba en llamas” y que tenían que salir cuanto antes si no querían morir calcinados.
Son, dos de los supervivientes del incendio originado este miércoles por la noche en una nave industrial okupada de Badalona, donde vivían más de cien personas. “Cuando nos avisaron el fuego no había llegado a nuestro cuarto, nos fuimos corriendo y saltamos por la ventana para salir, por poco nos cogen las llamas. Ahora toda esta comida de la foto está quemada, como todas nuestras cosas, no nos queda nada”, nos explica emocionado Mamadou.
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Los dos amigos llevaban dos años viviendo en este edificio de tres plantas . Ahí habían construido su propio refugio con láminas de pladur y madera. Tenían previsto hacer un viaje a Senegal, su país de origen, para llevar a su familia móviles, ropa y utensilios de higiene. "Ves todo esto, pues era para llevar a África, todas estas cajas estaban llenas de ropa y móviles para nuestra familia pero no pudimos llevarnos nada, solo esta ropa que llevamos", añade Mamadou.
En cada planta habían montado decenas de habitaciones. Había cocina, muchas camas e incluso un restaurante donde preparaban comidas para ellos y para gente de fuera
Ahora no saben dónde van a vivir ni cómo pasaran las próximas noches. Están solos y sin nadie que les pueda acoger. Esa habitación hecha con cuatro láminas de madera era lo único que tenían. "Dentro se han quedado muchas personas, seguro que todas están muertas, es un día muy triste", lamenta Adbou, que lo recuerda todo como un verdadero "infierno" y todavía se emociona cuando le vienen a la mente las imágenes de la tragedia.
Y es que en esa nave ocupada desde hace diez años vivían entre 150 y 200 personas en unas condiciones difíciles. "En cada planta habían montado decenas de habitaciones. Había cocina, muchas camas e incluso un restaurante donde preparaban comidas para ellos y para gente de fuera. De hecho, ayer mismo la regidora les avisó a los vecinos que tuvieran cuidado porque con todo lo que había dentro habría explosiones", explica Juan, uno de los vecinos que había frecuentado el lugar varias veces.
Juan estuvo presente durante todo el incendio. Vive en un bloque cercano a la nave y desde su terraza pudo presenciar como las víctimas escapaban por la ventana y se sujetaban a los cables de antena para no caer al vacío, a la espera de que los bomberos les alcanzaran la escalera. El joven está convencido que la causa del incendio no ha sido una vela volcada: "es imposible, las llamas eran impresionantes, eso no lo causa una vela, me han dicho que estuvieron manipulando la luz y eso hizo saltar alguna chispa que lo provocó todo".
La asociación de propietarios del barrio habían mantenido varias reuniones con el ayuntamiento para aumentar la vigilancia. Aseguran que la sensación de inseguridad había incrementado en los últimos años y que habían pedido al consistorio más vigilancia policial para controlar las peleas y las fiestas ilegales que celebraban. "Tenían la luz pinchada y todo el cableado por fuera, con una chispa sabíamos que esto iba a pasar, no ha sido una vela", relata Toni Hernández, vecino del barrio.
Se desconoce cuántas personas quedaron atrapadas en el interior
Sin embargo, no todos los vecinos coinciden en que los residentes en la nave eran conflictivos. María, una mujer que vive en la calle paralela, asegura que muchos eran respetuosos y que se podía convivir con ellos. "Les conocíamos de saludarles por la calle, uno de ellos trabaja en un centro comercial de la ciudad. Pero es verdad que muchos se ganaban la vida con la chatarra, con la venta ambulante y por supuesto algunos vendían drogas", añade Antonio, el marido de María.
En el barrio hoy no se habla de otra cosa. Los supervivientes no heridos esperan en una de las plazas de la ciudad nuevas indicaciones, mientras el resto de vecinos comentan atónitos la tragedia e incluso algunos les llevan comida. Lo que más preocupa es cuántas personas han quedado atrapadas dentro del edificio. Ni siquiera lo saben los propios testigos. Cuando le preguntamos a Ibrahim, un superviviente, es incapaz de recordarlo sin ponerse a llorar. Da puñetazos contra un coche de la rabia y lamenta que no pudo hacer nada poder salvar la vida de sus amigos.
Lo mismo le ocurrió a Mamadou Dieye, que tuvo que soportar como una mujer fallecía a su lado: "me decía que si saltaba, moría y al final murió en mis manos. De vez en cuando trataba de coger aire pero el humo me ahogaba y no pude ayudarla", explica Mamadou, desolado y entre lágrimas. Apenas unos minutos después empezó a ver desesperación de otros supervivientes que decidían saltar al vacío, desde las ventanas y la azotea del edificio.
Saltar al vacío o esperar
Gabril es uno de los supervivientes que escapó por la azotea. Estaba en la tercera planta y lograron huir del humo y de las llamas subiendo varios pisos. El joven optó por no saltar y esperó hasta que finalmente, los Bomberos llegaron y consiguieron rescatarle. "A los que estábamos vivos nos trasladaron tres calles más abajo para no ver la gente que se estaba tirando por las ventanas. Nos enviaban mensajes diciendo que se estaban quemando y que fuéramos a ayudarles. A las dos de la mañana vimos por primera vez como echaban agua. Mi chico se tuvo que tirar por la ventana", explica Cristina.
Me decía que si saltaba, moría y al final murió en mis manos. De vez en cuando trataba de coger aire pero el humo me ahogaba y no pude ayudarla
La joven llevaba varios años viviendo en la nave y reclama que si hubiesen tenido agua para apagar el fuego lo hubiesen hecho, pero "Albiol nos la cortó". Según Cristina, el propietario les dejaba estar ahí y "gracias a Josep no nos habían desocupado, el nos dijo que mientras viviera no nos iban a echar". La mujer se ha organizado con asociaciones del barrio para traer comida para los desalojados, lamentan que desde el ayuntamiento "no hayan repartido nada de mantas ni alimentos". Aseguran que hoy están más olvidados, desamparados y vulnerable que nunca.
Los últimos datos oficiales indican que ha habido al menos tres muertos y 18 heridos durante el incendio, tres en estado grave. Por el momento, los Bomberos han rastrado con la ayuda de la Unidad Canina de los Mossos la primera y segunda planta y no han localizado más personas afectadas, sin embargo, Hasta que no puedan hacer una revisión exhaustiva del edificio no descartan que hayan más víctimas. Los bomberos todavía no han podido entrar en el edificio porque está muy dañado y hay riesgo de derrumbe. Los tres muertos ya han sido evacuadas.