Su única intención era dar a conocer la situación que acababa de vivir con uno de sus alumnos de Historia del Arte Contemporáneo, en la Universidad de Murcia. Pero Pedro Alberto Cruz (Murcia, 1972) jamás pensó que ese inocente mensaje se haría viral, con más de 72 mil 'likes' y casi 11 mil 'retuits'.
Cifras a parte, lo más interesante es el debate que se ha generado sobre la forma en la que se evalúa a los estudiantes en nuestro sistema educativo y la necesidad de atender o no otras circunstancias que rodean sus vidas.
Pregunta: Hola Pedro, ¿cuál es la historia que hay detrás de este tuit que está teniendo tanta repercusión en redes sociales?
Respuesta: Lo primero de todo es que estoy muy sorprendido por la trascendencia que ha tenido, no ha dejado de crecer y crecer, pero no ha sido nada excepcional. Yo recibí un correo electrónico de uno de mis alumnos exponiéndome la situación personal que tenía y no lo dudé. Solo necesitaba medio punto no solo en el cómputo general de las notas del curso, sino de toda la carrera para conseguir la nota media para acceder a una beca que necesitaba para seguir estudiando. No tuve que pensarlo, ni pasarlo por ningún filtro ético, de si estaba bien o no. Era justo, se lo merecía por su esfuerzo, no siento que le he regalado nada, no ha sido caridad.
P: Dices que no es una situación excepcional. ¿Te habías enfrentado antes a un caso como este?
R: Pues no en el caso concreto de una beca, pero sí en el caso de alumnos que por un examen que no han tenido su mejor día les bajaba la media de su expediente. Son situaciones muy habituales, que han pasado y seguirán pasando y estoy seguro que muchos profesores actuarán igual. Los profesores no estamos para joder la vida de nadie, además de enseñar, también estamos para ayudar. Los alumnos no son números que están sentados en una clase, son personas que tienen unas vidas con unas circunstancias propias, que también debemos de atender y tener en cuenta. Si la evaluación, el juicio sobre un examen lo vaciamos de todo esto, deshumanizas la educación.
P: Pero, ¿tenías algún tipo de relación con el alumno?, además del contacto normal que hay entre profesor y alumno.
R: No soy un profesor de tener mucha relación con los alumnos fuera de clase, ni el típico profesor guay. Simplemente recibí un mail durante la pandemia porque era la única forma de poder comunicarse en esos momentos. Ni he hablado con él por teléfono, ni ha habido un trato especial. Tampoco el alumno me planteó ningún chantaje emocional, solo me contó su situación personal como era. A mí me llegó un caso de emergencia y cómo vas a dudarlo. Lo que es injusto es que un alumno no pueda seguir estudiando por medio punto, que además puede entrar en mi margen de error a la hora de corregir un examen.
P: Quizás lo mas interesante de este tuit es que ha generado a su alrededor un interesante foro de debate y discusión.
R: La verdad es que sí y eso ha sido lo más positivo. Hay mucha gente sensata que ha comprendido mi decisión como una lección de solidaridad y empatía con una persona que lo necesitaba.
También me ha sorprendido, que una gran cantidad de padres y alumnos han compartido sus historias personales, porque en su momento se sintieron agraviados por unas décimas en un examen, no sé si por la incomprensión de la persona que tenía delante, pero sí es así me parece bastante triste. No imaginaba que había tanta gente preocupada por ello.
P: Esta es la parte positiva de la historia, pero también ha habido un lado negativo. ¿Has recibido críticas por tu decisión?
R: La mayoría ha apoyado mi actuación, pero también he leído algunas tonterías. Hay gente que lo filtra todo a través de su ideología política, es muy ultra y aprovecha cualquier situación para criticar a los que actúan de una forma distinta a como ellos piensan.
P: Entre estas críticas, ha surgido el clásico debate de la meritocracia.
R: Algunos han aprovechado para decir que esto suponía que otra persona que se lo merecía ha perdido la beca. Esto no es así, nadie va a salir damnificado, con la reforma que ha realizado el actual gobierno, si se cumplen los requisitos establecidos se accede a la beca.
Esto no va de meritocracia, a mí nadie me tiene que explicar lo que es trabajar para alcanzar una meta. Yo saqué un 9,7 de nota media y fui premio nacional de fin de carrera. Esto no va de regalar nada a nadie, va de educación, de empatía entre profesores y alumnos. Yo siempre voy de cara con mis alumnos y ellos conmigo. Hay una relación abierta, honesta y de empatía. No he tenido nunca casos de picaresca con mis alumnos. Yo confío en ellos y creo que ellos confían en mí.
P: Más allá de la anécdota ¿qué conclusión sacas de esta situación?
R: Lo más interesante, es que lo que me parecía algo intrascendente, que no tenía recorrido, parece que es un tema que preocupa a mucha gente, como te decía antes, y que quiere opinar sobre ello. Son cuestiones estructurales que hay que revisar y resolver a gran escala. No puede ser que un alumno dependa de la actitud y la forma de ser de un profesor para que su vida académica se frustre o no.