Esta madrugada dábamos la bienvenida al esperadísimo verano y, aunque no estaba permitido, un centenar de personas lo han celebrado en el Stonehenge como vemos en estas imágenes, bien ataviados y rodeados por guardias de seguridad. El ritual se repite cada año durante el solsticio en torno al monumento neolítico, que se transforma en un lugar mágico cuando los rayos del sol atraviesan las piedras que un día fueron colocadas con un sentido que, a día de hoy, sigue investigándose.
Cada piedra del Stonehenge fue cuidadosamente emplazada hace cinco mil años formando una especie de inmenso reloj solar que regala vistas únicas durante los solsticios de invierno y verano. Según la organización que gestiona las celebraciones alrededor del monumento, English Heritage, los constructores fueron pastores y agricultores, para los que el sol tenía una inmensa importancia.
Este es el segundo año que la pandemia obliga a retransmitir online el evento astronómico desde el Stonehenge, aunque esta vez unas cien personas no quisieron perdérselo en vivo y saltaron la valla que cercaba el monumento.
"Nos ha decepcionado que varias personas hayan optado por ignorar nuestra solicitud de no viajar a las piedras esta mañana y esa es la razón por la que no hemos podido traerles el fotos que nos hubiera gustado hacer”, lamentaba el presentador del evento en la retransmisión, según recoge la BBC.
Otros años, eso sí, se han llegado a congregar en torno a las rocas hasta 30.000 personas.
El solsticio de verano es el día más largo del año, y se produce cada año entre el 20 y el 22 de junio. Durante el evento, el Sol se coloca en el trópico de Cáncer y da paso a los meses más calurosos del año en el Hemisferio norte, mientras que en sur, por el contrario, da comienzo al invierno austral.