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Ni están, ni por el momento se les espera. Las torres de vigilancia permanecen cerradas, las embarcaciones de rescate no están sobre la arena, no se les ve otear la playa en busca del peligro. El Palmar, una de las playas-símbolo de Cádiz, es esta mañana una playa sin socorristas. Ayer se conocía el positivo por Covid-19 de uno de ellos. Toda la plantilla y el personal de enfermería, ha sido puesta en cuarentena. Ahora, el ayuntamiento de Vejer de la Frontera busca socorristas.
"Es una situación compleja, pero a la vez responsable, dada la situación que nos encontramos ayer, cuando uno de los socorristas dio positivo, teniendo que poner en cuarentena a toda la plantilla", explica el alcalde de Vejer de la Frontera, Francisco Manuel Flor. "Hemos solicitado al Servicio Andaluz de Empleo todo un equipo para los servicios de playa que esperamos tener lo antes posible. Mientras tanto tenemos bandera roja. Está prohibido totalmente el baño".
Así que ahí la tienen. En pleno mes de agosto, con cientos de turistas apurando sus últimos días de vacaciones, bandera roja en sus ocho kilómetros de arena. Muchos bañistas se enteraban de la prohibición del baño esta mañana, y no entendían nada.
"Somos de fuera, no teníamos ni idea", dice un matrimonio que planta su sombrilla sobre la arena. "Impedir el baño me parece una medida un poco exagerada, podían tirar de protección civil, de policía local", señala la mujer.
"Si los han confinado a todos y no tienen socorristas lo veo bien", añade una bañista unos metros más allá. Una opinión comprensiva, que cambia cuando se le pregunta si piensa bañarse. "Hombre, habrá que bañarse en la orilla para quitarse un poco el calor".
El que ya se ha bañado es David, que viene todos los años a pasar la segunda quincena en El Palmar. "El ayuntamiento debería tender un plan `b´ y no cerrar el baño a 25 de agosto", dice David. "Lo primero que tenían que tener es gente de sobra para que haya rotaciones y se pueda librar, para que la gente se pueda poner enferma, ya no por Covid, sino por cualquier otro motivo"
Por si no era poco con las mascarillas, las distancias de seguridad, las limitaciones de aforo, o el cierre del ocio nocturno, la larga sucesión de negocios de todo tipo que bordea la playa, teme que el cierre al baño dé un golpe más a sus maltrechas economías.
"Nos puede perjudicar", cuenta un camarero mientras coloca una sombrilla en un chiringuito. "A la gente le da igual la mascarilla, la distancia, pero si no se pueden bañar lo mismo cambian de playa".
Sólo las escuelas de surf respiran tranquilas. Hay más de veinte, y pueden acceder al agua aún con bandera roja. La playa, dividida en sectores de baño sur y baño, es ahora sólo para ellos.
"No nos afecta demasiado, siempre somos responsable de nuestros alumnos", señala Lander, monitor de `Beltza Surf". " La limitación de area para surf se nos queda un poco escasa. Ahora mismo saber que toda la playa es para nosotros pues tan contentos".
La solución puede hacerse esperar. Desde el ayuntamiento apuntan a que esperan tenerla resuelta para el viernes. Mientras tanto llaman a la responsabilidad de los turistas para que no ignoren la bandera roja, y avisan de que policía local y Guardia Civil vigilaran para su cumplimiento.