Un sistema de alerta: la propuesta de la Universidad de Salamanca para mantener la distancia social
Emite un sonido de alerta
Es un sistema útil para locales con público
Se debe mantener una distancia social de 2 metros
Mantener la distancia social se ha convertido en un mantra en la crisis del coronavirus, una pandemia que comenzó en la ciudad china de Wuhan. Con un virus cuya principal vía de transmisión son las gotitas respiratorias, las personas deben estar lo suficientemente alejadas para no contagiar a otras. Ya hemos visto como un simple estornudo puede hacer que el coronavirus se propague en un supermercado.
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Y, con esta máxima, la Universidad de Salamanca ha desarrollado un sistema que emite una alerta cuando alguien se acerca demasiado. Cabe recordar que esta distancia de seguridad debe ser, como han repetido una y otra vez las autoridades sanitarias, de dos metros en circunstancias normales.
Cómo funciona el sistema
El sistema funciona a través de un dispositivo que deben de portar las personas y que detecta la distancia a la que se encuentra uno de otro, por lo que si estos están demasiado cerca, emite un sonido para avisarles de que tienen que alejarse.
Se trata de un sistema útil para locales con público como los supermercados porque, además, permite controlar el aforo y que las personas mantengan la distancia de seguridad.
Pero, no es lo único que este dispositivo hace. Además, de alertar de la distancia, el sistema es capaz de detectar si las personas son de la misma familia, con lo que no se activaría. Y, marca zonas de calor, es decir, donde se concentra más gente.
Todo ello queda reflejado en una pantalla en la que también se incorporaría un semáforo para regular la entrada al local en función del aforo.
El papel de la tecnología
Se trata de un sistema más para ayudar a reducir los contagios por COVID-19, especialmente en la fase de desescalada que se inicia a partir del día 4 y que comenzará con una fase 0 que contempla la apertura de negocios con cita previa y para recoger comida a domicilio.
La tecnología, una vez más, está teniendo un papel fundamental en esta crisis. Si bien en el ámbito sanitario ha ayudado a través de impresoras 3D, por ejemplo, a crear respiradores y otro tipo de material; ahora, en la fase de desescalada podría ser de gran utilidad para cumplir las restricciones que poco a poco se van aliviando.
Toda ayuda es poca para combatir una pandemia que a nivel mundial ya ha infectado a más de 3,4 millones de personas. La cifra de decesos supera los 244 000. En España, uno de los países más tocados por el coronavirus, con un total de 25 264 fallecidos por coronavirus y 217 466 casos confirmados por PCR, ya se habla del descenso de la curva de contagios. Sin embargo, las autoridades piden cautela ante un virus que hace unos meses era desconocido para los ciudadanos de a pie. De hecho, los contagios continúan y las personas siguen sucumbiendo a esta enfermedad.
Así, a la espera de que la comunidad científica desarrolle una vacuna para ser inmunes contra el COVID-19, los ciudadanos deben aplicar medidas de prevención: distancia social e higiene, dos gestos que pueden salvar vidas.