Científicos de Reino Unido han confirmado lo que ya hace días han detectado en varios países: un síndrome multisistémico inflamatorio en niños desencadenado por el coronavirus. La patología, según las evidencias que han obtenido, se desarrollaría semanas después de la infección y causaría una reacción tan exagerada del sistema inmune que dañaría las células del cuerpo.
Así lo han confirmado un equipo de científicos dirigido por el doctor Alex Richter y el profesor Adam Cunningham de la Universidad de Birmingham, en Reino Unido, donde han estudiado el caso de ocho niños hospitalizados entre el 28 de abril y el 8 de mayo que dieron positivo tras realizarles un PCR en COVID-19, según publica el diario ‘The Guardian’.
De los ocho niños que participaron en el estudio, con edades comprendidas entre los cinco y nueve años, siete mostraron síntomas de hiperinflamación y enfermedad de Kawasaki, mientras que el otro mostró síntomas de hiperinflamación, así como algunos signos de síndrome de shock tóxico. Todo ello semanas después de infectarse de COVID-19.
Según explica el diario, todos ellos tenían fiebre y al menos un síntoma gastrointestinal, como dolor abdominal, vómitos y diarrea. Les afecta al corazón, les baja la tensión y, rápidamente, tienen dificultad para respirar y las manos y los pies fríos. De hecho, es tan severo que seis de ellos tuvieron que ser ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Ya el 27 de abril, en un comunicado dirigido a los médicos, el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) señaló que había una "creciente preocupación" acerca de que un "síndrome inflamatorio relacionado con el COVID-19 en niños del Reino Unido.
La Sociedad de Cuidados Intensivos Pediátricos, ante la alarma que esto causó en Reino Unido entre los padres, advirtió que "nadie tenía que entrar en pánico porque la guía era solo para los médicos" y que se había puesto en circulación ya que 'durante el fin de semana había habido un pequeño aumento en el número de casos de niños críticamente enfermos que presentaban un cuadro clínico inusual".
Las autoridades justificaron su alarma al detallar que, en las últimas tres semanas, había habido un "aumento aparente en el número de niños de todas las edades que presentan un estado inflamatorio multisistémico, que requiere cuidados intensivos en Londres y en otras regiones del Reino Unido".
La patología, según la nota que ya compartieron, tiene los síntomas más graves de la COVID-19 y comparte otros del síndrome de shock tóxico y de la enfermedad de Kawasaki atípica, que provocan que los vasos sanguíneos se inflamen e hinchen. Además, produce dolor abdominal, molestias gastrointestinales e inflamación cardíaca.
El síndrome de shock tóxico es una infección bacteriana altamente peligrosa, pero se puede diagnosticar erróneamente porque los síntomas son similares a otras enfermedades y porque es muy raro. Ocurre cuando el estafilococo aureus inofensivo o la bacteria estreptococo, que viven en la piel, invaden el torrente sanguíneo y liberan toxinas peligrosas. TSS tiene una tasa de mortalidad de entre cinco y 15 por ciento. Y vuelve a ocurrir en 30 a 40 por ciento de los casos. El uso de tampones es un factor de riesgo particular para TSS, según el NHS.
Las autoridades sanitarias enviaron este comunicado a todos los médicos especialistas que trabajan en Unidades de Cuidados Intensivos pediátricos en hospitales del Reino Unido y les urgieron a "referir (a los especialistas) de forma urgente" a los pacientes que presenten estos síntomas.
Hay preocupación porque estamos hablando de un grupo poblacional alejado del virus, el de los niños, cuando ahora este se centro especialmente en mayores de 60 años, hombres y con alguna patología previa coronaria, respiratoria, diabetes y obesidad. "Nuestros colegas italianos y españoles también lo están detectando. Las cifras son pequeñas, pero significativas. Queremos que la atención primaria esté atenta para que los afectados estén en el lugar correcto para recibir los cuidados pertinentes si es necesario, asegura en el Daily Mail una pediatra del hospital londinenses de St. Mary's.
Ahora, tras el estudio de los ocho menores, el síndrome -que también Nueva York e Italia, entre otros países, habían detectado- se relaciona con el COVID-19.