En esta edición del estudio se han analizado 30 de sistemas de retención infantil diferentes en todas las categorías de peso y sistemas de anclaje, evalúa cuatro grandes grupos: seguridad, manejo y ergonomía, sustancias peligrosas y limpieza y confección, siendo los dos primeros grupos los que más importancia tienen a la hora de la evaluación final. Los resultados sitúan, con un "Muy satisfactorio", a la Romer Baby Safe Plus II SHR con base Isofix como la mejor del test; otras 16 fueron calificadas como satisfactorias; seis aceptables; dos insatisfactorias y cinco muy insatisfactorias.
En lo referente a seguridad, de los nueve modelos que consiguieron más nota, siete de ellos eran 'sillitas' instaladas en sentido contrario a la marcha, mientras que los otros dos modelos que recibieron mejores puntuaciones eran un capazo que se instala transversalmente a la dirección de la marcha y una 'sillita' instalada en el sentido de la marcha, que sujeta al niño con un elemento de retención con la ayuda del cinturón de seguridad del vehículo.
Durante el choque frontal, los sistemas de retención que se colocan en sentido contrario a la marcha evitan cualquier movimiento relativo entre la cabeza y el torso, ya que retienen el cuerpo completo del niño. Esto se debe a que tanto la carga de la cabeza como la de la nuca son particularmente bajas.
Por ello, como la cabeza de un bebé o de un párvulo es relativamente grande en comparación con el resto del cuerpo y su nuca es vulnerable, el RACE recomienda que el cambio de la silla tipo capazo (en la que el niño siempre se sienta en sentido contrario a la marcha) a los SRI mirando hacia delante se retrase "lo más posible para que sea mínimo el riesgo de que el niño sufra lesiones".
La seguridad de este tipo de dispositivos ha llevado a la Dirección General de Tráfico (DGT) a incluir en su Plan Estratégico de Seguridad Vial para la próxima década la posibilidad de estudiar obligar por ley a que los sistemas de retención infantil para niños menores de dos años se coloquen en los asientos obligatoriamente en sentido contrario de la marcha.
Actualmente, el Real Decreto 965/2006, que modificó el Reglamento General de Circulación, establece que los menores de 12 años sólo pueden viajar en los asientos delanteros de un vehículo si van colocados en "dispositivos homologados al efecto" o, en el caso de que su estatura sea igual o superior a 135 centímetros, lleven el cinturón de seguridad.
En el caso de los asientos traseros, la normativa actual dice que las personas cuya estatura no alcance los 135 centímetros deberán utilizar obligatoriamente un dispositivo de retención homologado adaptado a su talla y a su peso, y que los que tengan una altura igual o superior, podrán utilizar indistintamente este dispositivo o el cinturón de seguridad para adultos.
No obstante, en la normativa vigente no se recoge por ley la orientación en la que se tienen que colocar las 'sillitas' infantiles y la única referencia a la orientación es la prohibición de usar un dispositivo de retención orientado hacia atrás instalado en un asiento del pasajero protegido con un airbag frontal, a menos que haya sido desactivado.
Durante el año 2010 se produjeron en España 49 muertes en carretera entre menores de catorce años, con datos a 24 horas. Esta cifra supone un aumento del 48,4 por ciento con respecto al año 2009, periodo en el que fallecieron 33 menores en la misma franja de edad.
Puntúan peor en ergonomía
Esta mayoría de 'sillitas' instaladas en sentido inverso a la marcha entre las mejor calificadas en el parámetro de seguridad contrasta con las notas que sacan este tipo de sistemas de retención en otros aspectos, como el confort. Así, tres 'sillitas' instaladas en sentido de la marcha y diseñadas para niños mayores puntuaron en el estudio como "insatisfactorias" en cuanto a ergonomía.
Según explica el estudio, la razón de estas notas es que "comparativamente, ofrecen poco espacio a los niños, pero ocupan mucho espacio en el vehículo". Por eso, antes de adquirir estos productos, el estudio señala que es "muy importante que se compruebe la instalación en el propio vehículo para tener la seguridad de que encaja perfectamente".
Ninguno de los productos sometidos a ensayo consiguió una calificación de "muy satisfactorio" en este nuevo criterio de estudio, y 16 obtuvieron una puntuación "satisfactoria".
En cuanto al manejo, la mayoría de las sillas infantiles analizadas no presentaron ninguna deficiencia grave en este capítulo y, por tanto, obtuvieron una calificación "satisfactoria" en esta categoría. En el último análisis, el de la detección de sustancias peligrosas, 13 de los productos sometidos a estudio no presentaron ninguna traza de sustancias peligrosas, por lo que obtuvieron una calificación "muy satisfactoria" en este criterio.
En siete de los productos sometidos a estudio se halló un exceso de sustancias consideradas por los resposables del estudio como "peligrosas" (hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP); ftalatos; materiales ignífugos; fenoles; compuestos de organotina; colorantes azo y metales pesados), que resultó en una calificación "insatisfactoria" en este criterio.