Ayshea Gunn, de 27 años, y vigilante penitenciaria ha sido condenada a un año de prisión tras demostrarse que mantenía una tórrida relación sentimental y sexual con un preso, Khuram Razaq de 29 años. La denuncia partió de sus compañeros al sospechar del excesivo tiempo que pasaba en la celda del recluso que estaba entre los muros de la prisión galesa de Berwyn acusado de un delito de robo y otro en grado de tentativa.
Las sospechas de los compañeros de Ayshea les llevó a espiar su dispositivo móvil en el que encontraron las evidencias de esa relación. Comprobaron las llamadas, las fotos, vídeos y mensajes intercambiados entre Ayshea y Khuram.
La vigilante introducía ropa interior femenina suya en la celda de su 'preso' y le pasaba pantallazos del grupo de WhatsApp donde los vigilantes compartían datos confidenciales y sensibles a cerca de las estrategias de control y sobre otros presidiarios.
El arrepentimiento de Gunn no le ha servido para rebajar la condena y a Razaq le ha supuesto un incremento de 8 meses de su estancia entre rejas.
Ayshea ha confesado que pasaba un mal momento tras ver cómo su relación con un compañero de trabajo se rompía tras romper con ella y enamorarse de otra vigilante, según informa LadBible.