2022 se inicia como el segundo año hidrológico más seco del siglo y pone en alerta al campo
En los cuatro meses que llevamos del ciclo de lluvias estas han disminuido un 36% y los embalses no llegan al 45% de su capacidad
Si en las próximas tres o cuatro semanas no llueve, los cultivos de secano podrían ver afectado su rendimiento entre un 60 y un 80%, según COAG
Las demarcaciones del Guadiana y el Guadalquivir son las más afectadas, con 12 unidades territoriales en estado de emergencia
"A ver si llueve. Si por lo menos no nos ayuda el Gobierno que si quiere nos ayude Dios". Así se expresa Mercedes Cruzado, una ganadera asturiana. Lo hace con un pasto seco de fondo, una imagen muy distinta del manto verde que se viene a la cabeza al pensar en el Principado. Su testimonio es uno de la serie de vídeos que ha compartido la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), para concienciar sobre la sequía que está golpeando a los trabajadores del campo en España.
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En muchos puntos de la península lleva mes y medio sin llover. Entre octubre y abril se registran tres cuartas partes de las precipitaciones. Pero, en los cuatro meses que llevamos del ciclo de lluvias, estas han disminuido un 36% respecto al periodo de referencia. "El inicio de año hidrológico es el segundo más seco del siglo, detrás de 2007-2008", han señalado desde la AEMET.
Las predicciones no son nada halagüeñas. Para febrero los modelos de previsión apuntan a lluvias por debajo de lo normal. Para los próximos tres meses hay un 50% de posibilidades de que estén por debajo y solo un 20% de que estén por encima.
Malas cosechas y recurrir al pienso
La mitad del campo español ya está en situación de alerta por sequía, según COAG. Las principales zonas de cereales y cultivos de secano (olivos, viñas y frutos secos), arrastran las consecuencias de un otoño e invierno secos. "Los cultivos se han desarrollado tarde y de forma insuficiente", señalan.
La coordinadora avisaba en un informe este martes que si en las próximas tres o cuatro semanas no llueve, los cultivos de secano podrían ver afectado su rendimiento entre un 60 y un 80%. Una situación generalizada, como muestran los testimonios recogidos por COAG. En Madrid, tras los estragos del pasado año de Filomena, la falta de agua y las heladas persistentes han malogrado la campaña de la aceituna, como relata Ivana Martínez. Lo mismo pasa con el cereal. "Prácticamente tenemos que dar por perdida la cosecha de este año", apunta Joaquín Vizcaíno desde Castilla La-Mancha.
La sequía también ha golpeado a la ganadería en régimen extensivo (vacas, ovejas y cabras). La ausencia de lluvia impide el desarrollo de los pastos, esenciales para la alimentación de estos animales. "Se están viendo obligados a tirar de alimentación externa de las explotaciones, sobre todo comprando pienso, forraje alfalfa", dice Andrés Góngora, en Almería. Es decir, supone un mayor coste de producción y reduce unos márgenes de beneficio que ya son queja desde hace meses en el sector. Además, una situación prolongada comprometería la rastrojera, importante para nutrir al ganado en verano.
Otros afectados, quizá menos conocidos, son los apicultores. "Si no llueve, no habrá flores", recuerda Ramón García desde Sevilla. Esto imposibilita a las abejas recolectar el néctar y el polen. Con lo que hay más bajas en la colmena y el apicultor debe sobrealimentar a los insectos. La producción de miel se encarece y, en el peor de los casos, disminuye sustancialmente.
Una mala cosecha implica menos ingresos. Y con un coste de explotación mayor, impulsado también por el encarecimiento de la electricidad, los combustibles o las materias primas, los productores agrarios y ganaderos se ven entre la espada y la pared. Si la situación se prolonga el sobrecoste se seguirá trasladando al producto final, ya sea un paquete de harina o una bandeja de carne de ternera. El IPC de los alimentos se situó ya en el 5% en diciembre.
Peligro de restricciones al regadío
Sin lluvias, la esperanza para los trabajadores del campo está en las reservas de agua. Pero los pantanos, lejos de estar llenándose, se está vaciando. El último boletín de embalses del Ministerio para la Transición Ecológica recoge que esta semana se encuentran al 44,6% de su capacidad total.
Un 26,61% menos que la media del decenio. Navarra es la única autonomía con reservas de agua por encima, por las fuertes precipitaciones de noviembre y diciembre. Ya no hablamos solamente de 'sequía meteorológica', sino de 'sequía hidrológica': la insuficiencia para atender la demandas de agua.
Y que afecta directamente a agricultores y ganaderos. Los Planes Especiales de Sequía (PES) de cada cuenca identifican cuatro posibles escenarios, dependiendo del nivel de agua disponible. El máximo, el de emergencia, implica, entre otras medidas, restricciones para el regadío. "La preocupación en este tema es la más asfixiante para los agricultores. El no tener garantizada el agua", comenta Lorenzo Rivera desde Castilla y León.
La superficie regada en España supone un 14% de la superficie agraria útil, de acuerdo con COAG. "Contribuye en algo más de 50% a la producción final vegetal, en un 2,4 % al PIB del país y emplea a un 4% de su población ocupada", señalan desde la coordinadora. Con las cifras de 2021, hablaríamos de 28.870 millones de euros del PIB, con lo que las pérdidas, solo de esta actividad, podrían ser millonarias.
Andalucía encabeza un problema generalizado
Las demarcaciones más afectadas son las del Guadiana, en especial en su cuenca alta, y la del Guadalquivir. Entre estos dos ríos, hay 12 unidades territoriales en situación de emergencia, 14 en alerta y 9 en prealerta, según los boletines más recientes de cada cuenca. Solo 10 están situación de normalidad.
La mayor parte de estas zonas corresponden a Andalucía, que tiene casi un tercio de la superficie de regadío nacional. La reserva de agua se sitúa al 31,37%. En Extremadura, regada también por el Guadiana, embalse de La Serena, el más grande de España, está al 14% de su capacidad. De ella dependen 58.000 hectáreas de regadío.
En su informe mensual de enero, el MITECO ya vaticinaba recortes en estas cuencas por el bajo nivel de los embalses. Pero, a medida que pasa el tiempo, la preocupación se está generalizando. Incluso en autonomías con pantanos más llenos. La Xunta de Galicia y el Govern de Cataluña han anunciado este martes la prealerta en sus territorios. Aunque zonas concretas, como la de Alt Empordà (Girona), ya empezaron a sufrir restricciones de agua el pasado mes de noviembre.
El problema es tal que el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha tenido que salir a asegurar que el Gobierno está "siguiendo muy de cerca" la situación hidrológica. Ha adelantado que "muy probablemente" discutirán sobre la sequía en el Consejo de Ministros del ramo que se celebrará dentro de 15 días en Bruselas.
Carmen Quintero resume la situación de forma clara y contundente desde Córdoba. "El futuro de los alimentos está en juego. Necesitamos soluciones y las necesitamos ya. El campo no puede esperar".