Steffan Wilson y Erin Mason-George son los protagonistas del que probablemente sea el matrimonio más corto de la historia. Se divorciaron pocas horas después de la boda tras una trifulca digna del salvaje Oeste que terminó con el hermano del novio pegando y arrastrando por el suelo a la novia.
Steffan y Erin, de 25 años, se juraron amor eterno ante el juez el pasado 27 de julio, pero todo se torció en la posterior recepción en el hotel Lampeter's Falcondale, en Sawnsea (Gales). Allí se ingirieron grandes cantidades de alcohol, hasta que Erin le pidió a su flamante esposo y a algunos miembros de su familia que se retiraran ya a sus habitaciones a dormir.
Tom Wilson, hermano del novio y también uno de sus padrinos, no se tomó nada bien la sugerencia de Erin y comenzó a gritar que su hermano nunca debió casarse. Completamente desatado, propinó varios golpes a la novia, la agarró del vestido y la arrastró por las escaleras. Y no contento con eso también agredió a dos de las hermanas de Erin y a su madre.
Ante la disyuntiva de elegir entre su esposa y su hermano, Steffan lo tuvo claro. Prefirió irse a casa de sus padres en lugar de quedarse con su esposa. "El matrimonio terminó en la escaleras. Ni siquiera estuvieron casados el tiempo suficiente para divorciarse; se fueron a una anulación", declaró a 'MailOnline' un amigo de la familia. La pareja se separó después de que la novia denunciara a su cuñado a la policía.
El padre de Erin, Colin George, que trató de detener la escena, insinuó que no era la primera vez que Tom montaba el número. "No podría decirte cuántas fiestas ha arruinado". Mientras, 'Sun Online' ha revelado que el novio, comandante de sección en un cuartel de Catterick, Yorkshire, ha sido acusado de intento de asesinato tras un incidente en un club nocturno en Northallerton, cerca de su base militar. Se espera que sea juzgado el próximo año.
Seis meses después de la caótica boda frustrada, Erin y Steffan no se han vuelto a ver. Se cree que ella ha empezado una nueva relación.