Un hombre de 27 años ha sido encontrado muerto este viernes en el centro penitenciario de Archidona, en Málaga. Compartía celda con su hermano. Habían sido condenados por tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal junto a otros miembros de su clan, entre ellos también sus padres, que desde hace poco se encuentran en libertad.
Eran casi las ocho de la mañana cuando un funcionario de prisiones hacía el primer recuento. El interno se encontraba sobre su cama y no se incorporaba. El jefe de servicio y el médico del centro han decidido trasladarle a la enfermería, donde sólo han podido confirmar su fallecimiento.
Todo apunta a una posible sobredosis al mezclar medicamentos con sustancias estupefacientes, aunque habrá que esperar los resultados de la autopsia. Esta muerte eleva a 175 el número de presos que han fallecido en España desde el uno de diciembre de 2018, según la asociación Tu Abandono Me puede Matar.
Desde el 21 hasta el 27 de diciembre se han contabilizado seis internos muertos en las cárceles españolas, todos por sobredosis o por infartos.
El 26 de diciembre, un interno de 32 años que permanecía ingresado en el departamento de enfermería de la prisión de Dueñas (Palencia) se despertó y dijo sentirse indispuesto. Le atendieron de inmediato pero acabó muriendo. Todo hace pensar que fue víctima de un infarto, por causas naturales.
El día de Navidad, un preso murió en la cárcel de Córdoba por una posible sobredosis. El hombre, politoxicómano pudo haber mezclado benzodiazepinas y opiáceos. Da la casualidad de que ese día varios reclusos tuvieron que ser atendidos en la enfermería con síntomas evidentes de haber consumido sustancias prohibidas o una medicación excesiva. Los fines de semana y días festivos la falta de personal médico obliga a suministrar a algunos reclusos la medicación para varios días, algo que las asociaciones de funcionarios de prisiones y los sindicatos llevan años denunciando.
Por esa misma causa otro preso falleció también el 25 diciembre en la cárcel gaditana de Puerto III. Un joven de 27 años que no se levantó en el recuento de la mañana.
El 24 diciembre otro reo murió en Herrera de la Mancha, presuntamente un infarto y cuatro días antes en el penal de Aranjuez. Se sospecha que detrás de estos casos podría haber un elevado consumo de sustancias excitantes o estimulantes del sistema nervioso central como la cocaína o algunos fármacos.
Alarmante también es la cifra de los funcionarios de prisiones que han sido agredidos en el desempeño de sus funciones a lo largo de estos siete días. 19 personas, según el recuento de esta asociación asindical. No todos han resultado heridos aunque algunos sí han recibido la baja laboral.
El jueves 26 de diciembre en el penal de Villabona, en Asturias un reo destrozó el arco detector de metales del departamento de aislamiento, en el que se encontraba. Los funcionarios reprocharon su actitud y el hombre agredió a los trabajadores. Uno de ellos tuvo que ser trasladado al hospital con un brazo contusionado.
El día de Navidad un hombre de 45 años agredió a tres funcionarios en el centro penitenciario Puerto III, en Cádiz, después de que se los trabajadores se negaran a darle tabaco. Se trata de un atracador muy violento, condenado a 18 años de prisión por varios delitos y clasificado en primer grado que en los últimos meses ha sido sancionado en más de una decena de veces, por no cumplir las normas dentro del penal. El hombre se avalanzó sobre los funcionarios y comenzó a propinarles golpes. No era la primera vez. Incluso llegó a agredir a un Guardia Civil cuando era trasladado en una conducción.
EL preso comenzó a gritar y a destrozar el material que había dentro de su celda, en el módulo de aislamiento. Eran las siete y media de la tarde cuando los funcionarios de prisiones intervinieron para que depusiera su actitud violenta e intentaron reducirle. El hombre empezó a golpearles y les escupió. Tres trabajadores tuvieron que ser trasladados a las urgencias de un hospital. Uno con una lesión en el cuello, otro en la mano y un tercero con heridas en un dedo.
El día de Nochebuena ocurrió en Picassent. Un interno conflictivo provocó una inundación en el módulo de aislamiento. Utilizando su propia ropa colapsó las conducciones del inodoro y del lavabo de su celda, logrando inhabilitar el mecanismo de apertura de la puerta durante unos minutos. Funcionarios de prisiones consiguieron detener el agua y reducir al recluso, que estaba muy agitado e intentaba autolesionarse. Aún así uno de ellos resultó herido, precisando atención en la enfermería.
El 21 de diciembre en la cárcel de Sevilla II, en Morón un interno que se encontraba en el patio se negaba a regresar al interior. Al intentar convencerle agredió con gran violencia a siete funcionarios. Dos de ellos tuvieron que abandonar el centro con lesiones de carácter reservado.
El mismo día en la cárcel de Las Palmas un preso dió un puñetazo a un jefe de servicios que sufrió una fuerte contusión en el ojo y una funcionaria acabó con fractura de mandíbula.
En las cárceles españolas hay en la actualidad cerca de 50.000 presos. Funcionarios de prisiones denuncian la falta de personal y de facultativos para garantizar la seguridad y solicitan a la administración que refuerce el sistema penitenciario.