Salió al balcón a fumar, aprovechó para hacerse un selfie y la joven noruega de 23 años se precipitó desde el piso 9 de su apartamento, en Marbella. Es uno más de las muertes absurdas por sacarse esa última foto. De un acantilado en Australia recuperaron el cuerpo de una influencer inglesa que intentaba capturar el amanecer
Más suerte tuvo un turista al que rescataron de un puente en Córdoba. Sobrevivió también una adolescente colgada de una viga en Barcelona, todo por sumar likes en sus perfiles. Temerarios que se la juegan siempre busca el más difícil todavía. Algunos se autodenominas idiotas profesionales, no hay más que añadir.
España es el cuarto país del mundo con más muertes por selfies, según la guía selfie de eStudio 34, una agencia de marketing digital experta en el sector. 259 personas murieron entre 2011 y 2017 tratando de tomarse una selfie en situaciones extremas, según un estudio global de 2018.En concreto, entre 2014 y 2018 perdieron la vida 50 personas, lo que nos sitúa en las cifras más negras sólo superadas por los fallecidos en Estados Unidos, India y Rusia.