Con la vuelta a una cierta normalidad después de la pandemia de covid, hay sectores que empiezan a recuperarse como es el de las bodas. Había muchos enlaces pendientes, aplazados, que comienzan a celebrarse con la consiguiente contratación de banquetes y, por supuesto, de vestidos de novia.
La capital catalana, Barcelona, ha arrancado su semana de la moda nupcial, apenas sin mascarillas entre el público. Y se ha vuelto con muchísimas ganas.
Vicente y Michelle se han dado un sí quiero sin mascarillas ni restricciones. Una fecha muy esperada también para Inés y Balbino, ellos han tenido que posponer su boda más 18 meses. Mucho amor retenido que se junta en un mismo año.
Por un lado, los enlaces que ya estaban programados y por otro, los que todavía están pendientes por el parón que produjo el virus. Antes de la pandemia se celebraron más de 165.000 enlaces, este año se espera un 20% más.
Se van las restricciones y vuelven las emociones. Las ventas de vestidos han aumentado exponencialmente. Apenas hay fechas disponibles en los restaurantes y no se podría escoger, quedando libre por ahí algún viernes o domingo. El sector prevé un año de récord. Porque ahora sí, volvemos a compartir la ilusión, con la cara descubierta. Y es que el amor no entiende de fechas.