La autopsia preliminar practicada al cuerpo del niño de tres años asesinado el pasado lunes por su tío confirma los peores presagios: murió por asfixia mecánica por sofocación. No había ninguna duda respecto a que el hombre, probablemente tras sufrir un brote psicótico, había matado al pequeño con sus propias manos, pero faltaba determinar si lo hizo estrangulándole, como se pensó en un principio porque se le encontró con las manos en el cuello de la víctima, o taponando nariz y boca. Fue de esta última manera, según ha adelantado el Faro de Vigo.
Todo ocurrió cuando el pequeño y sus dos hermanas se quedaron en casa de sus abuelos a jugar. Su tía, Santiago, de 39 años, se encontraba allí. Sufría grandes depresiones y estaba en tratamiento psiquiátrico. En un ,momento determinado cogió al niño, se encerró con él y acabó con su vida. En silencio para que la abuela no se diera cuenta. Cuando el padre del pequeño llegó a la casa y vio la puerta cerrada pensó que Santiago se había hecho algo a sí mismo, pero lo que encontró fue a su hijo muerto. Le intentó dar los primeros auxilios, pero no pudo salvarle. La madre del pequeño sufrió un shock al llegar a casa y enterarse de lo acontecido, han indicado fuentes cercanas a la investigación. La familia de la mujer regenta un conocido comercio familiar de ultramarinos de la Plaza de Cervantes.
El estado mental en el que se encontraba Santiago Cepeda obligó a internarle en psiquiatría en el Complejo Hospitalario Universitario (CHUS) compostelano, donde permanece desde entonces sedado y bajo una orden judicial de internamiento no voluntario.