Cientos de profesionales trabajan sin descanso en el Ifema de Madrid, convertido desde hace dos semanas en el hospital de campaña más grande de España. Los sanitarios atienden a los enfermos del COVID-19. Desde su puesta en marcha han ingresado 1.110 personas, 427 han recibido el alta y este domingo había 750 ingresados.
Mientras, las obras para ampliar su capacidad continúan a toda velocidad. Este lunes por la tarde ha entrado en funcionamiento el pabellón número siete, por lo que el cinco que hasta ahora se había utilizado de forma provisional ha quedado desmantelado. En total van a instalar 1.300 camas, según ha anunciado la Consería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
Pero los sanitarios critican lo que ocurre en el interior: problemas de coordinación a la hora de gestionar el trabajo, falta de protección adecuada para evitar contagios, retirada de la línea de desinfección para ayudarles a quitarse los trajes con seguridad y además problemas en la recogida de residuos, el material para desechar se acumula en los contenedores.
Los médicos que acuden cada día a Ifema denuncian desesperados la situación. Llegan sin saber cuál va a ser su papel. Alicia Martín es médico y Presidenta del Sector de Atención Primaria de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS). Critica la falta de organización y los problemas para coordinar a los profesionales: "Van pasando por tandas y unas 40 o 50 personas se quedan esperando en una sala. Pueden pasar horas sin ser llamados, sin turnos ni planillas donde se especifique para qué se han desplazado hasta allí, mientras los compañeros no son relevados", asegura.
Por las redes sociales circulan fotografías en las que se ve a estos sanitarios en esas zonas comunes, sin poder mantener las distancias de seguridad por falta de espacio y ya con los pijamas puestos, gorros de tela y mascarillas quirúrgicas. Las taquillas de su ropa personal están junto a los contenedores donde se recoge la ropa sucia, muchos de ellos desbordados y ubicados en zonas de paso, lo que aumenta el riesgo de contagio.
Otro de esos doctores que hoy combaten contra la pandemia en primera fila relata: "El volumen de pacientes ha ido en aumento y se ha iniciado la convocatoria y llegada de más médicos residentes sin informarles sobre la organización ya establecida. Eso da lugar a un desconocimiento de los protocolos estandarizados o sobre el manejo de los pacientes. Falta supervisión en los controles y todas estas incidencias nos conducen a una situación más al límite", asegura.
La Consejería de Sanidad admite que "en el turno de la tarde del domingo hubo un problema con la organización que provocó algunas protestas de profesionales y que el propio coordinador general del hospital, Fernando Prados, ha asumido". Por ello ha pedido disculpas públicamente y en su cuenta de Twitter, aunque los profesionales sanitarios aseguran que este lunes la escena ha sido la misma.
Además, los sanitarios demandan Equipos de Protección Individual (EPI) adecuados para evitar contagios, pasan horas sometidos a una densa carga viral. Los trajes o no llegan o son de mala calidad. "Hemos bajado al Pabellón cinco de IFEMA y se niegan a vestirnos. Sólo nos dan una bata que no protege y una mascarilla quirúrgica. Ni FPP2, ni nada de nada. Es el peor día de todos", criticaba este lunes una médico residente.
La Conserjería de Sanitad afirma que "sí hay material y se está entregando pero además hay profesionales que deciden, cubrirse con batas, gorros y calzas de bolsas de plástico", como algo voluntario.
Eduardo López-Huertas es el director general de IFEMA y aclara esta información: "Es impresionante la cantidad de empresas que están donando material de todo tipo pero ahora necesitamos sólo material específico. Lo primero que hay que saber es qué necesitamos y eso tratar de canalizarlo para repartirlo por los hospitales. Estamos recibiendo material qué no nos es útil en estos momentos y en cambio hay otras cosas que sí sería muy útil tenerlas", apunta.
Ante la falta de medios de protección, hay un problema añadido: la Consejería de Sanidad ha ordenado retirar la líneas de descontaminación que habían instalado el Samur y Protección civil. Antes de acceder a la zona 'sucia' los profesionales pasaban por unas carpas amarillas para comprobar que se vestían y desvestían con seguridad y evitaban la propagación del coronavirus.
La Asociación de Médicos pide que este arco de desinfección vuelva a ser instalado para que los profesionales no se expongan a riesgos mayores. Exigen además que si enferman, los casos sean considerados como enfermedad profesional y no accidentes laborales.
Desde el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM) también ciritican el modelo de gestión de este hospital de campaña: "No es adecuado ya que deja al descubierto a los centros de salud y hospitales que se quedan sin profesionales en Atención Primaria. Podrían asumir gran parte del manejo de los casos leves y moderados sin necesidad de traslado a un centro hospitalario. Esto resta capacidad de respuesta y limita la posibilidad de actuación por falta de profesionales a los hospitales, que ya se encuentran al límite de su capacidad por la elevada carga de pacientes y las bajas que se están produciendo por contagios", afirman en un comunicado.
ICOMEM lamenta el cierre de los centros de salud porque supone un mayor uso y saturación de los servicios hospitalarios. Subraya que la Atención Primaria española es capaz de hacer frente a esta situación sirviendo como filtro o en un primer nivel para manejar a los pacientes con COVID-19: desde el propio centro, de forma telefónica o en los domicilios, como se venía haciendo hasta ahora.
Solicitan además que todos los médicos de hospitales de la Comunidad de Madrid se queden en sus centros, "porque es el medio en el que habitualmente trabajan y donde su trabajo puede ser más eficiente , aunque sea necesaria su recolocación en distintos servicios para aumentar la eficiencia de la asistencia" , subrayan. Como solución proponen que "este hospital de campaña se nutra de personal sanitario militar y profesionales voluntarios sin disminuir la calidad ofrecida desde Atención Primaria y resto de hospitales de la Comunidad".
López-Huertas nos explica cómo avanzan las obras en este hospital: "Esta semana vamos a intentar acabar con todo lo que está pendiente. El pabellón número siete está ya prácticamente acabado, el nueve está en funcionamiento. A partir de estos días vamos a trasladar pacientes del pabellón cinco al siete. Estamos habilitando zonas de descanso para el personal sanitario, vamos a aumentar el número de taquillas y de vestuarios y estamos trabajando también en la parte logística de las donaciones, de todo lo que está viniendo para el uso que necesitamos".
El pabellón siete será a partir de este lunes el punto neurálgico. Este domingo terminaron de limpiarlo y los fontaneros instalaron la línea de oxígeno. Juan José Pérez Blanco es el ingeniero. Las obras van a toda máquina: " La instalación ha sido más rápida que en el nueve porque además hemos ido aprendiendo de lo que ya habíamos realizado. Ya ha comenzado su dotación: caudalímetros, camas, colchones para ir trasladando a los pacientes del pabellón cinco al siete y liberarlo en cuanto podamos", señala.
Los Bomberos de la Comunidad de Madrid son los encargados de recibir y almacenar todo el material sanitario. Cada día 55 de ellos acuden desde sus parques para ayudar con la mano de obra. Roberto Prieto es uno de los oficiales que está a los mandos. Relata las dificultades con las que se encuentran estos días: " No tenemos claro cuál es el suministro que va a entrar, ni la petición, así que tenemos que ir adaptándonos. Trabajamos con un material con el que no estamos familiarizados. Primero hay que recepcionarlo, reconocerlo e identificarlo y después ubicarlo. Ahora mismo tenemos 300 referencias distintas y para que os hagáis una idea en un día recibimos alrededora de 80 pedidos. Lo vamos registrando en una base de datos y traspasamos la logística a los profesionales sanitarios bajo el paraguas del SUMMA 112", explica.