Los jóvenes convierten los acantilados de Islares, en Cantabria, en otro peligroso trampolín
José Rocamora
José Rocamora10/08/201817:01 h.
Conocen las consecuencias que puede tener cada salto y, aún así, en la playa de Islares, en Cantabria, los jóvenes siguen saltándose las advertencias. Suben al acantilado añadiéndole metros de altura al peligro. Demasiado confiados en la teoría de la precaución pero muy inconscientes en la práctica, ya que se lanzan sin saber lo que puede haber bajo el agua o, incluso, cuando la marea está baja. Un golpe en la cabeza contra el fondo o el impacto contra el agua son suficientes para provocar una lesión medular.