Vanessa Ferrer de 15 años fue violada y asesinada por Rubén Mañó en 2016, un amigo que la engañó para atraerla a un lugar y llevar a cabo su plan. Ahora la Justicia ha condenado al joven de 20 años a prisión permanente revisable, tras ser declarado culpable del crimen cometido en Chella.
Rubén Mañó lo planeó todo: El 26 de octubre de 2016 envió un mensaje a la adolescente de 15 años citándola en su antigua casa familiar, donde le aseguró que había más personas con él. Vanessa Ferrer, que entonces tenía 15 años, cayó en la trampa y se encontró en un lugar sin luz y a solas con su agresor.
En esa casa del municipio valenciano de Chella, Ruben Mañó la violó y después la asesinó asfixiándola con sus propias manos para evitar que lo denunciara, según ha explicado el Tribunal que lo ha condenado este martes. El asesino se deshizo del cuerpo arrojándolo al fondo de una sima para consumar el crimen perfectamente consciente de lo que hacía, aunque intentó convencer al jurado de que había consumido drogas.
El cuerpo sin vida de Vanessa Ferrer quedó atrapado en unas ramas y no cayó al fondo de la sima de 30 metros de profundidad, por lo que fue encontrado y la investigación llevó hasta Rubén Mañó, que ahora pasará su vida en prisión. Se le aplica además el agravante de género, al quedar probado que quería mostrar superioridad y dominación sobre la menor.
Mañó lleva cuatro años en prisión provisional y tenía antecedentes por violencia machista. Ha sido condenado a prisión permanente revisable, la máxima pena aplicable en España.