La cantante española, Rozalén y su intérprete de signos, Beatriz Romero, han estado una semana participando en talleres junto a 24 mujeres saharauis. Bajo el nombre La dulce luz del desierto, las artistas han reflexionado con las mujeres sobre temas tan cruciales como el feminismo, la igualdad, la sexualidad, el cuerpo o las emociones.
Han sido unos talleres muy íntimos, en los que 'La puerta violeta' les ha servido de herramienta para expresar y compartir las necesidades de estas mujeres y hablar sobre temas que no se suelen tratar en estos campamentos. Nosotros hemos tenido la enorme suerte de ser testigos de esta experiencia única y pudimos compartir junto a todas ellas la explosión de emociones que se vivieron allí.
La mujer saharaui tiene un papel muy concreto en la sociedad saharaui. Son líderes de sus hogares y muchas ocupan cargos políticos en sus 'wilayas' o pequeñas ciudades dentro de los campamentos. Sin embargo, dentro de sus hogares siguen teniendo un papel muy tradicional que, unido a lo que les marca el islam, les limita aún más a la hora de vivir y sentir emociones.
“Aquí dicen que a las mujeres no las matan, pero las matan por dentro. La música y el arte es una herramienta súper amable para entrar en una sociedad diferente y hablar de cosas que nos hacen la misma persona. Todas sentimos y vivimos lo mismo”, aseguraba la artista española emocionada. Gracias a internet y las redes sociales, cada vez hay más jóvenes que quieren salir al exterior para estudiar y trabajar porque ven que en los campamentos su único destino es casarse y tener hijos:
Rozalén ha viajado al Sáhara por primera vez, coincidiendo con la XV edición del Festival de Cine Internacional ‘Fisahara’, con el objetivo de conocer de cerca la situación de los casi 200.000 refugiados que viven en estos campos y visibilizar aún más un conflicto que poco ha avanzado desde hace ya 44 años.
Para Rozalén “lo importante es dar visibilidad a la causa saharaui y animar a la gente joven a informarse de la historia de este pueblo y saber cual es la culpa del Gobierno español. Y también saber que la población española es pro-saharaui. Es un pueblo que amamos y queremos y queremos que salga de esta injusticia porque vivir aquí no es bonito”. “Es importante que nos quejemos de esto como ciudadanos porque tenemos culpa”.