En el obrador trabajan día y noche con una técnica especial: hacerlo con las mejores materia primas y fermentarlo lentamente. Un tiempo y dedicación, recompensados con el premio a mejor roscón artesanal de la capital. Padre e hijo elaboran una receta que hacían en casa desde hace 30 años: un sabor suave y tierno que todos quieren probar. Masa madre por la que apuestan también otros obradores, con ingredientes puramente ecológicos. Roscones cien por cien artesanales a los que resulta imposible resistirse. Sea como sea es una tradición que implica ilusión y que no puede faltar en la noche de Reyes.