Rosario Porto, hospitalizada tras ingerir gran cantidad de pastillas

Informativos Telecinco 24/02/2017 13:51

Fuentes penitenciarias han confirmado a Europa Press que este jueves le había sido comunicado su traslado desde Teixeiro a la cárcel de A Lama, un procedimiento habitual en estos casos una vez que la condena es firme. Así, han precisado que dentro de este proceso se realizan unos informes que se envían a Instituciones Penitenciarias, que decide la cárcel de cumplimiento final de la condena.

Las mismas fuentes consultadas por Europa Press han asegurado que no es la primera vez que Rosario Porto actúa de una forma similar cuando "recibe una noticia que no le gusta", y han hecho notar que la ingesta de pastillas ha coincidido con la hora de recuento de presos, en torno a las 8,00 horas de la mañana, con lo que entienden que se trató de una "llamada de atención" y no un intento real de quitarse la vida.

Además, han indicado que, al contrario que en otras ocasiones, cuando recibió la noticia del traslado para A Lama no mostró ningún comportamiento fuera de lo "normal", lo cual sí ha hecho, han afirmado, en otros momentos. Por ello, no se le puso ninguna persona de apoyo en la celda.

Al respecto de cómo ha tenido acceso a las pastillas, estas mismas fuentes lo atribuyen a la medicación habitual que toma la presa y la posibilidad de conseguir otros fármacos de otros internos.

Tras ser localizada en su celda, Rosario Porto fue trasladada en ambulancia al Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC), donde, según han confirmado a Europa Press fuentes próximas, permanece escoltada e ingresada en la UCI.

CUMPLE 18 AÑOS DE PRISIÓN

Rosario Porto, al igual que su exmarido Alfonso Basterra, cumple una condena de 18 años de prisión por el asesinato de su hija adoptiva, Asunta Basterra, un crimen ocurrido en las inmediaciones de Santiago de Compostela en septiembre de 2013.

A raíz de las primeras indagaciones, que comenzaron la misma madrugada de la desaparición de la niña, la madre de la menor fue detenida el día 24 de septiembre, tras asistir a la incineración de su hija. El padre, Alfonso Basterra, fue detenido al día siguiente, en el transcurso de un registro.

Ambos permanecieron en prisión provisional en la cárcel de Teixeiro hasta el juicio por el crimen, que se inició el 29 de septiembre de 2015 --tras cumplirse dos años del asesinato-- y duró 18 días. Un jurado popular declaró por unanimidad la culpabilidad de ambos padres tras cuatro días de deliberación y el tribunal, presidido por el magistrado Jorge Cid Carballo, dictó sentencia el 12 de noviembre.

En el fallo, Rosario Porto y Alfonso Basterra fueron condenados a 18 años de prisión por el asesinato de su hija Asunta, al considerar que ambos, puestos de común acuerdo, fueron los responsables de sedar de forma continuada y de asfixiar a la niña el día de los hechos.

A pesar de los reiterados recursos interpuestos por sus abogados, la justicia ha confirmado en las distintas instancias la sentencia, tanto en el caso del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia como el Tribunal Supremo, que en octubre de 2016 abordó esta cuestión y desestimó los recursos de los padres, convirtiendo en firme la condena.

Concluido este proceso de apelación, Instituciones Penitenciarias acordó el traslado de Rosario Porto para el cumplimiento de la pena a la cárcel de A Lama, una decisión que le fue comunicada horas antes de que ingiriese las pastillas.

ASFIXIA POR SOFOCACIÓN

Asunta Basterra falleció entre las 16.00 y las 20.00 horas del día 21 de septiembre de 2013 por asfixia, sofocada con un objeto "blando y deformable", según recogió la autopsia, que determinó también que no había sido agredida sexualmente. En el momento de su muerte, además, tenía en su organismo una dosis "tóxica" de lorazepam --principio activo del Orfidal-- que anuló su capacidad de defenderse.

En un momento próximo a su muerte --inmediatamente antes o después-- el cuerpo de la niña fue atado y posteriormente trasladado a una pista forestal del lugar de Feros, en Montouto, donde fue "colocado" en el talud de una cuneta. Dos hombres que circulaban por la zona la encontraron pasadas las 1.00 horas del día 22 de septiembre.

Los análisis toxicológicos permitieron determinar que Asunta había sido sedada de forma continuada con dos benzodiacepinas en los tres o cuatro meses anteriores a su muerte, en los que registró varios episodios en los que acudió a clase con síntomas de somnolencia.

Asimismo, las pruebas situaron a los padres con la menor en el momento de ingerir la dosis tóxica del medicamento en la tarde en la que denunciaron su desaparición y que se produjo su muerte, en la que, además, incurrieron en numerosas contradicciones.