El presidente de la Federación Francesa de Tenis ha declarado que el traje posparto que la tenista estadounidense Serena Williams llevaba estará prohibido en el Abierto de Francia. La polémica se remonta al pasado Roland Garros, cuando le pusieron impedimentos y no respetaron su baja por maternidad.
En diferentes medios, Giudicelli sostuvo que dicho vestuario "ya no será aceptado", pues "hay que respetar el juego y el lugar". Indicó que el Abierto de Francia está introduciendo un código de vestimenta para regular los uniformes de los jugadores, para luego añadir: "Creo que a veces hemos ido demasiado lejos", añadió.
Aunque la maternidad se considera una lesión en ese deporte, la tenista ha recibido más invitaciones para jugar. Sus galardones han parecido estar empañados por su reciente maternidad. Unos meses después de que naciera su hija, Alexis Olympia, Williams sintió la necesidad de retirarse de un torneo en Montreal porque echaba de menos a su pequeña.
El vestuario, que se asemeja a los de las historietas, fue diseñado para prevenir coágulos de sangre, y la deportista confesó entonces que la hacía sentir como una "superheroína".
Otras polémicas por la vestimenta
Una mujer de Pilar de la Horadada (Alicante) fue expulsada por el socorrista de la piscina municipal por llevar un bañador "que no es de mujer". Tras imponer una denuncia, el Ayuntamiento ha admitido el uso de esta prensa en las instalaciones y han pedido disculpas a la vecina de la localidad.
Las desigualdades de género son ciegas aunque siempre se han ensañado sobre todo con las mujeres. ¿Pero qué pasa cuando es al revés, cuando afectan a los hombres? Esto ha pasado en el Reino Unido.
A Joey Barge, un británico de 20 años, su empresa le prohibió el acceso a su puesto de trabajo por ir con pantalones cortos. Una norma que él consideraba discriminatoria por su condición masculina ya que a sus compañeras sí se les permitía ir ataviadas con minifaldas o bermudas de reducidas dimensiones.