Rogelio, el pescador 'influencer' gallego que enseña a respetar el mar y sus especies

  • Este marinero de Porto do Son (A Coruña) triunfa en redes sociales con vídeos en los que conciencia sobre la necesidad de cuidar el medio marino

  • Da ejemplo mostrando cómo lanza al mar ejemplares que captura en sus redes pero que no dan la talla mínima o están protegidos o en veda

Rogelio es un lobo de mar. Tiene 43 años y lleva 25 trabajando sobre una lancha. Creció entre redes y pescadores. Mamó el oficio desde la cuna. Porque sus abuelos eran marineros. Su padre y su hermano, también. “Realmente casi todos mis vecinos lo son”, cuenta a NIUS este marinero natural de Porto do Son (A Coruña). El mar, para Rogelio, es su sustento pero también su pasión.

Desde hace un tiempo este pescador gallego se ha convertido en un influencer del mar. Sus fotos y vídeos en redes sociales triunfan. A través de ellas, educa y conciencia. Su objetivo es promover el respeto hacia el medio marino. “Lo que busco es concienciar y dar a conocer la enorme riqueza que tenemos en nuestro mar”, explica Rogelio. También mostrar el enorme orgullo que siente por el oficio. “Alimentamos a millones de personas y eso es una satisfacción enorme”, añade.

Cada día, cuando sale a faenar con su hermano por la ría de Muros y Noia, Rogelio saca tiempo para grabarse con su móvil. Muestra algunas de las especies que atrapan sus redes. A veces, por ser poco conocidas o de llamativos colores. Y otras, porque es necesario devolverlas al mar al estar en veda o no dar la talla. "¿Debería importarnos la vida de los animales? Sí. Merecen respeto, y más cuando son una fuente de alimento. Cada uno, cuenta", explica en una de sus publicaciones.

Rogelio enseña, por ejemplo, cómo tira por la borda de su planeadora rayas protegidas o pulpos minúsculos. También centollas de varios kilos de peso fácilmente rentabilizables por cauces ilegales para los furtivos. “Son hembras y la norma dice que si tienen hueva hay que devolverlas al mar. Debemos ser responsables todos los que trabajamos en él. ¿Cómo le vamos a decir nosotros después a la sociedad, a los turistas, que no cojan berberecho en las playas o que no contaminen si nosotros, los pescadores, no respetamos las normas para que el mar sea sostenible?”, se pregunta este activista comprometido con el medio marino.

Sus vídeos son proyectados en institutos

Para Rogelio trabajar en el mar es un privilegio, a pesar de los riesgos que conlleva el oficio. Él lo sabe mejor que nadie, ya que su padre falleció en un accidente marítimo. Él tenía 14 años cuando ocurrió y tuvo que dejar los estudios para ayudar a su madre en casa. “Mi hermano, que iba con él en la embarcación, consiguió sobrevivir y siguió llevando la empresa familiar solo hasta que yo cumplí los 18 años”, recuerda.

Pero sus ganas de aprender le llevaron con 37 años a quitarse una espina que tenía clavada: la de sacar la ESO y el Bachillerato. Un profesor de lengua castellana que vio sus dotes comunicativas fue quien le animó a crear un blog. “Al principio escribía sobre muchos temas, pero después me di cuenta que a la gente le interesaba mucho todo lo que contaba sobre el mar. Cosas que para nosotros son cotidianas, que hacemos todos los días, para la gente son desconocidas”, explica. Ese blog derivó en miles de seguidores en las redes sociales. “Yo no pretendía ser un influencer, solo pretendía concienciar y creo que lo estoy consiguiendo, lo que me hace muy feliz”, dice.

Sus vídeos se han hecho tan famosos que se proyectan hasta en institutos. Los profesores los utilizan para mostrar a los alumnos la fauna marina. “El sector del mar, más allá de una actividad económica, es una cultura y estamos en contacto con una enorme riqueza biológica. No somos como los científicos, que salen un día o dos a investigar. Nosotros salimos cada día y eso nos permite tener un contacto estrecho diario con las especies que comercializamos y que devolvemos al mar”, explica.

Este pescador comprometido espera que sus vídeos generen conciencia. “Se trata de cuidar un recurso que es de todos y que no es ilimitado”, recuerda.