El Ebro recupera su cauce entre campos inundados
No hay márgenes que delimiten el Ebro. El río se expande por los campos de la Ribera Baja. Se filtra entre las parcelas. Deja las cosechas sumergidas bajo sus aguas opacas y en la comarca llega a inundar quince mil hectáreas. Toma carreteras y las deja impracticables y, aunque en zonas como El Burgo han logrado frenarlo justo a la entrada del pueblo en algunos garajes de Zaragoza no han llegado a tiempo y el agua ha traspasado las puertas de algunos locales. El caudal del río ha bajado, también en nivel de emergencia y, sin embargo, sigue atravesando la ciudad al ras. Algunos puntos continúan cortados. Parques en los que hay que enfrentarse al Ebro con las botas puestas. Porque el río ha vuelto a su cauce pero se resiste a abandonar las zonas que ha conquistado.