1. Evitar que el contenido líquido se congele
Si mantenemos la botella demasiado tiempo en el congelador, el líquido puede congelarse y hacer que aumente su volumen y con ello, la presión. Esto podría hacer que la botella estallase o que el corcho salga disparado de repente. Si este impacta en un ojo, puede ocasionar graves traumas oculares. De hecho, según Infobae, el jefe de la sección de oftalmología de planta del Hospital Italiano dice que “hasta el 25% de este tipo de accidentes pueden llegar a la pérdida visual permanente con consecuencias incluso estéticas".
2. Evitar agitar y apuntar
Es importante agitar la botella lo menos posible. Ya que cuanto más se mueva, aumentará la presión de gas y puede que el corcho se desprenda a una gran velocidad en cualquier momento. Pueden alcanzar hasta 80 km/h. Esta velocidad sumada al peso y volumen del corcho, genera una energía que se transmite a quién esté apuntando.
3. Quitar el precinto con cuidado
Después de desprecintar la botella, debemos poner la palma de la mano abierta por encima del corcho para prevenir lo que pueda pasar. No sabemos en qué condiciones está la presión de su interior ni de si ha sido agitado anteriormente.
4. Tapar e inclinar
Tapar el corcho entero de la botella con una servilleta e inclinar la botella 45° apuntando lejos de cualquiera de las personas presentes.