En esta ocasión, la fotografía es simple. A primera vista, solo apreciamos una pared. Pero mirando atentamente veremos cómo entre los recovecos de la pared se encuentra escondido... ¡un puro!
Ante nosotros se encuentra una de esas imágenes que, una vez observada en todo su explendor, puro incluído, nos hace preguntarnos... ¿cómo no he podido verlo antes?