Los servicios de rescate trabajan contra reloj y con sumo cuidado para rescatar a Julen, el niño de 2 años desaparecido hace ya más de 24 horas en Totalán. El pequeño cayó, según ha manifestado su padre y una prima de éste, por un estrechísimo pozo que tan solo cuenta con 25 centímetros de diámetro, dejando apenas espacio para maniobrar.
Los efectivos, conscientes de la complejidad de la tarea que tienen por delante, saben que cualquier fallo puede resultar fatal, y por ello, a pesar de que se ha de actuar rápido, han de hacerlo con sumo cuidado y precisión. Por el momento, han introducido una pequeña bomba con la que están empezando a extraer arena a 75 metros de profundidad y han recurrido a la tecnología para introducir una cámara que permita explorar la zona.
Concretamente, y como informa El Confidencial, se trata de un robot de la empresa afincada en Málaga, Pedro Núñez. Especializada en desatoros y limpieza de tuberías, la compañía ha prestado su apoyo a través de este “servicio de inspección de tuberías” avanzado.
Concretamente, tal y como se puede leer a través de la página web de la empresa, con este robot se puede “visualizar con claridad el interior de tuberías y canalizaciones de 75 a 1.500 milímetros de diámetro, mediante la introducción de cámaras de televisión robotizadas”.
Clave para el hallazgo de un vaso de plástico y la bolsa de chucherías que el niño llevaba en la mano en el momento de la desaparición, el robot se emplea habitualmente para desatascar tuberías, detectar problemas de humedades o filtraciones, precisar el recorrido de cualquier red o cañería ante posibles fallos o actualizaciones de la misma y, esencialmente, “localizar con exactitud” la situación de una tubería en la superficie.
Es esto último lo que hace especialmente importante su función en la labor de rescate: su precisión a la hora de explorar puntos concretos y permitir que, desde arriba, los investigadores tengan una idea de la situación.
El robot permite señalar gráfica y fotográficamente la zona, siendo vital para que los especialistas decidan cómo acometer la aproximación hasta el lugar donde se cree que se halla el pequeño. La prioridad es evitar desprendimientos en el pozo, de 107 metros de profundidad.
Bomberos, Guardia Civil, técnicos… todos trabajan en la agónica búsqueda de Julen. Por el momento, son tres las alternativas que se barajan: excavar a cielo abierto; intentar romper el tapón de tierra o abrir un túnel paralelo. El problema es que las tres vías entrañan riesgo de desprendimiento.
Trabajar en un espacio tan pequeño es sumamente difícil, y además, tras llegar a 73 metros y retirar 30 centímetros de tierra, han hecho tope, porque se ha llegado a una zona de tierra muy dura.