Leigh Mai y su madre biológica habían pasado 40 años preguntándose que había sido de la otra. La pequeña, con tres años, voló a EEUU cuando las tropas vietnamitas ganaron la guerra. Su familia había sido aliada de los invasores y temían represalias por lo que mandaron a su hija fuera del país y allí hizo su vida, lejos de sus padres. Esta semana han vuelto a abrazarse, madre e hija.
Nguyen thi Dep fue una de las muchas mujeres vietnamitas que entregó a sus hijos en adopción. Su pequeña era fruto de una relación con un estadounidense, por lo que podría ser asesinada. Ahora, nerviosa y asustada, ha vivido el momento que hacía años esperaba.
Leigh Mai contactó con una web que cataloga el ADN y ayuda a vincular familiares dispersos por circunstancias diversas en cualquier lugar del planeta. Eso y la ayuda de un samaritano en Vietnam hicieron el resto que favoreció este reencuentro lleno de expectativas y amores enquistados en el tiempo.
Leigh Mai, casada, es madre de tres hijos , acompañada por ellos llegó a Hanoi, porque estaba muy ansiosa por asegurarle a su madre que no sentía resentimiento por lo que había ocurrido.
La madre y la hija lloraron y rieron juntas después de superar la timidez inicial. Leigh Mai le regaló a su madre un relicario y un álbum de recortes de su infancia que había guardado todos esos años y Dep le regaló a sus nietos sobres rojos tradicionales con dinero en efectivo, una tradición vietnamita.
Leigh se dio cuenta de que no era solo una madre a la que había dejado atrás, sino toda una familia llena de tíos y tías que nunca había conocido y que ahora pudo abrazar.