Ecologistas y ecólogos, ante el fin de la COP26: "No se está concretando quién hace qué, dónde y cuándo"

  • Ecologistas y expertos en cambio climático valoran los avances de la cumbre del clima de Glasgow, que se cierra este viernes

  • Valladares: "Necesitamos salir de Glasgow con una agenda clara, no con marcos generales, esos ya los tenemos desde hace seis años"

  • Greenpeace: "No queda garantizado cómo se va a ir cerrando esa brecha entre 1,5 grados y los compromisos actuales de reducción, con los que nos vamos a 2,4 -2,7"

La COP26 va tocando a su fin. Una nueva cumbre del clima para la historia –y van 26- en una historia, la del cambio climático, que cada vez va llegando también a esas fechas límite que los países se autoimpusieron hace años. Glasgow 2021 ha abierto la década clave para frenar el calentamiento global, que sigue avanzando imparable. Antes de la cumbre, íbamos hacia un aumento de temperatura de 2,7 grados a finales de siglo. Con los compromisos de reducción de emisiones que saldrán de ella, apenas rebajamos ese aumento: de 2,7 grados a 2,4.

“En la lucha contra el cambio climático, estamos en dos timing”, explica Tatiana Nuño, responsable de Clima de Greenpeace. Por un lado, a largo plazo, el objetivo es la descarbonización, y ahí el problema es que no vemos acciones reales para conseguirlo. Y por otro, los objetivos para 2030, porque esta década es decisiva y tendríamos que reducir las emisiones a la mitad. Ahora mismo, lo que tenemos en Glasgow es una garantía de revisión continua de los compromisos de reducción de emisiones para esa fecha. Pero al texto que hay sobre la mesa le sigue faltando solidez y acciones concretas y reales para garantizar que se cumplen esos compromisos”.

El Acuerdo de París, hoy ya es difícil mantenerlo, ya es difícil no rebasar ese aumento de temperatura de 1,5 grados que se estableció como referencia”, advierte el ecólogo Fernando Valladares. “Pero una cosa es eso y otra llegar a un aumento de casi 3 grados para finales de siglo, que es lo que tenemos ahora”. La brecha es descomunal. Y ambos coinciden en que a esta cumbre le han sobrado buenas intenciones y le ha faltado concreción para atacarla.

“Después de la COP26 seguiremos todos pidiendo más acción climática, pero necesitamos salir de Glasgow con una agenda clara, no con marcos generales, que esos ya los tenemos desde hace seis años”, desde el Acuerdo de París. No obstante, la COP26 ha dado algunos pequeños pasos en la buena dirección.

La mención a los combustibles fósiles

A escasas horas para el cierre de la cumbre, lo que hay es un borrador del texto de decisión que debería salir de ella. Un borrador que circula desde el miércoles y que, como en todas las COP, seguirá revisándose y modificándose hasta el último momento. Pero en él hay algo positivo, según los ecologistas.

“Es una buena noticia que se haya incluido la mención al abandono de los combustibles fósiles, es un hito importante. Aunque países como Arabia Saudí y Australia van a presionar para que desaparezca del texto, hay que ver si sigue ahí al final”, asegura Nuño. Y es importante porque sería la primera vez que quedaría por escrito, negro sobre blanco, esa referencia concreta al abandono de las subvenciones a los combustibles fósiles (carbón, gas y petróleo)

Nuevos planes de recorte para 2022

Nuño apunta otro pequeño paso dado en esta COP, en relación con lo que se denomina el aumento de la ambición: aumentar el recorte de emisiones de gases de efecto invernadero para reducir la brecha entre 1,5 grados y 2,4-2,7 grados. Es decir, la brecha entre el aumento de temperatura que no deberíamos sobrepasar, según el consenso científico, y el previsto con los recortes en emisiones que hay sobre la mesa.

Los compromisos que han salido de esta COP no son, ni mucho menos, suficientes. “Debemos seguir revisando al alza los planes de reducción de emisiones (NDC) de cada país, y seguiremos presionando hasta el final para conseguirlo", advierte Nuño. Pero explica también que "los países se han comprometido, al menos, a presentar nuevos NDC en 2022 y a revisarlos cada año. Es algo que hay en el borrador ahora mismo. Se urge a las partes a revisar sus objetivos de reducción de emisiones el año que viene, y eso está bien. Necesitábamos un compromiso de revisión continua, transparencia al recortar y tiempos comunes”.

Está bien, pero no es suficiente. “Son buenas intenciones, aunque no hay una definición clara de cómo garantizamos que se va a ir cerrando esa brecha entre el 1,5 y los compromisos actuales de los países con los que nos vamos a 2,4 -2,7”, advierte Nuño. Y esto es algo en lo que incide también Valladares: falta mucha concreción en esta cumbre.

El acuerdo China-EE.UU.

En relación con este asunto, una de las sorpresas que nos deja esta cumbre es el acercamiento entre las dos grandes potencias contaminantes del planeta, China y EE.UU., de cara a reducir más sus emisiones y hacerlo ya, de aquí a 2030. “Es una buena noticia que dos de las grandes potencias responsables de las emisiones de CO2 se hayan comprometido a colaborar en lucha contra el cambio climático y a avanzar en la reducción de emisiones en esta década, que es clave".

Nuño cree que es importante también "porque lanzan también un mensaje geopolítico que empuja al aumento de ambición. Es un mensaje potente y bueno, pero todavía no tenemos fechas ni compromisos reales más allá de esa voluntad política”.

Visibilizar el metano

El acuerdo sobre la reducción de emisiones del metano era uno de los primeros que se cerraban en esta COP. Impulsados por Estados Unidos y la UE, más de 100 países se comprometían (aunque el acuerdo no es vinculante) a reducir un 30% sus emisiones de metano para 2030. “En esta COP se han hecho algunas concreciones que hacían falta, por ejemplo en el tema del metano. Ahora hay un consenso para agilizar los inventarios de emisiones, que ni siquiera existían, y compromisos importantes para atajar este gas contaminante, que había estado un poco ignorado hasta ahora. Esto es positivo”, valora Valladares.

La financiación no llega

El punto en el que menos se ha avanzado, quizá sea el de la financiación. “Seguimos necesitando cifras reales y un plan de ejecución", advierte Nuño. "Había un compromiso de aportar 100.000 millones de dólares a partir de 2020 y hasta 2025", que no se ha cumplido. Pero es más. "¿Qué pasa más allá de 2025? Los países tienen que seguir cumpliendo, y eso no está cerrado. Si Europa se quiere poner el gorro de campeón en las COP debe revisar si pueden aportar más a este fondo”, advierte Nuño.

España hizo un anuncio importante, en este sentido, al comienzo de la cumbre: aumentar un 50% su aportación a ese fondo a partir, precisamente, del año 2025. “Sí, ese anuncio es buena señal, pero ojo, es a partir de 2025, para ahora no han introducido ningún cambio”, matiza. Y ahora, España, apenas aporta un 23% de lo que debería, en esa financiación de los países ricos a los menos desarrollados.

Valladares es muy crítico en este tema. “Llevamos años hablando de los 100.000 millones, y ni hemos alcanzado esa cantidad ni hemos encontrado una forma neta, transparente, práctica ni operativa para hacerlo”. Una vez más, insiste: “Se nos va la fuerza en el qué, pero falta concretar el cómo”.

Y el problema es que todo está relacionado. Si flaquea uno de los puntos de las negociaciones, flaquean los demás. “Si a los países más vulnerables no les garantizas una financiación para afrontar las perdidas, daños e impactos que ya están sufriendo por el cambio climático, eso va a hacer tambalearse el acuerdo de aumento de reducción de las emisiones y la revisión periódica de esos compromisos. Porque esto son negociaciones, y nunca sabemos muy bien de dónde puede venir el bloqueo", advierte Nuño.

El polémico artículo 6

Hay otro escollo en estas negociaciones, un punto que ya estaba atascado antes de Glasgow y sigue ahí. El polémico artículo 6 del Acuerdo de París, el que hace referencia a los mercados de carbono. “Ahora mismo, sigue sin definirse. Hay un texto de tres páginas que se está negociando, pero bastante desordenado y con muchas opciones abiertas. Se sigue trabajando en ello. Queremos que se cierre un artículo 6 que no deje espacio a las falsas soluciones, a las compensaciones del mercado de carbono”, advierte Nuño.

Y después, qué

Esta COP nos va a dejar un sabor agridulce”, advierte Valladares. “Vemos compromisos sobre el carbón, que va quedando postergado, y eso está bien, pero hay países importantes que no terminan de pronunciarse sobre ello. Lo que tiene que haber es un plan de acción, una agenda con fechas concretas que digan cuándo hay que hacer qué, ponerle nombres y apellidos a esa reducción de emisiones, sea la que sea: saber quién hace qué, cuándo y dónde. Y eso no lo estamos viendo”.

Porque, cuando acabe la COP, el problema seguirá ahí, y el tiempo sigue corriendo en contra. “Después de la COP, los representantes vuelven a sus países y tienen que trasladar esos acuerdos y compromisos a su realidad nacional. No es fácil. Si en esta cumbre no se avanza en ambición, quedará mucha más tarea por hacer, a nivel nacional, y no todos los países tienen la voluntad política ni la capacidad para llevarla a cabo”.

La urgencia y la ansiedad están ahí, esa es la frustración que se desprende de esta COP. Que no se puede perder ni un año más, ni un mes más. Y esta cumbre va a suponer un retraso, se han dado pasos muy tímidos. No se ha decidido abordar el cambio de modelo socioeconómico, además, que es la gran tarea, la asignatura pendiente en estas COP”, lamenta Valladares.