Muchas veces es imposible dejar el coche bajo techo. Aunque se tarde un poco más, intenta dejar el coche en un lugar no demasiado expuesto, resguardado del viento y si es posible, debajo de algún alumbrado público.
Si tu coche es gasolina puedes realizar el arranque con normalidad. Sin embargo, si tu vehículo es diésel y usas la clásica llave, lo recomendable es que antes de llevarla a la posición de arranque la coloques en la posición anterior y se activarán los calentadores del motor. Tienes que esperar hasta que la luz se apague para arrancar el motor. Si el coche tiene el botón START/STOP pulsa el botón y el coche se arrancará cuando los calentadores se hayan alcanzado la temperatura óptima.
La batería es una de las partes del coche que más sufre con el frío; con las bajas temperaturas adquieren menos poder de arranque. Por esto, es recomendable poner sobre la batería un paño caliente y seco durante unos minutos previos al arranque.
Debes tener en cuenta que el diésel puede llegar a congelarse cuando alcanza bajas temperaturas por lo que es recomendable añadirle anticongelante. Lo mismo ocurre con el líquido refrigerante, preocúpate porque este tenga propiedades anticongelantes.
El aceite es el elemento más importante para que el motor funcione correctamente en cualquier circunstancia. Es recomendable utilizar un aceite no demasiado denso u optar por un aceite multigrado que modifica su viscosidad según la temperatura exterior.
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