Rebeca recibió 20 puñaladas de su expareja, un hombre de 29, con quien había tenido una relación tormentosa, según sus allegados, con idas y venidas. Sin embargo, nunca hubo denuncia por malos tratos.
Sus compañeras de piso intentaron salvarla pero tuvieron que refugiarse en una habitación de la vivienda para no acabar como ella. Rebeca, con 26 años y una hija de cinco en su país natal, República Dominicana, recibió veinte puñaladas. Los servicios sanitarios se la encontraron tirada en el suelo y no pudieron salvarla.
Los vecinos de Rebeca, que fueron quienes alertaron a Emergencias al escuchar gritos, están consternados. La joven llevaba tres años en España y estaba plenamente integrada. Trabajaba en un bar, junto con su presunto asesino.
Él se entregó a la policía pero en ningún momento se mostró alterado o preocupado. Según los agentes estaba tranquilo, tanto que se quedó dormido. Tras pasar la noche en los calabozos está previsto que a lo largo del día de hoy pase a disposición judicial.