Deyan Valentinov Deyanov no logró comprar el cuchillo en esta tienda- donde fue grabado por las cámaras- y acudió a un comercio regentado por chinos en la misma localidad tinerfeña de Los Cristianos. Allí se hizo con el arma con el que mató a Jennifer Mills-Westley. La decapitó y le asestó 14 puñaladas.
El comerciante del supermercado dijo que el agresor, de origen búlgaro, estaba muy agitado. Al hablar con él le dijo que se llamaba Carlos y le enseñó una nota que llevaba en sus manos en las que ponía "soy Dios". El dependiente narra en declaraciones al diario Daily Mail que le pidió un cuchillo grande que no le vendió- y que le dijo que lo quería "para matar a alguien".
La familia de la víctima, una retirada británica con dos hijos, se pregunta porque una persona enferma mental y con comportamiento violento podías pasearse por las calles de la ciudad.
Deyanov ha pasado varios meses en un centro psiquuiátrico después de atacar a un guardia de seguridad con un ladrillo las pasadas navidades. Quienes lo conocen dicen que deambula por las calles hablando solo, fumando cannabis y diciéndole a los transeúntes: "Soy Dios y te voy a derribar".
Deyanov, que vivía en la playa en una pequeña cabaña donde guardaba una biblia, había sido detenido días antes pro molestar a unas chicas en una discoteca. La familia de la víctima exige saber "porqué Deyanov estaba en las calles y piden que lo sometan a un examen médico".
El agresor, que ya ha ingresado en prisión, portaba el cuchillo en el momento de su detención. La víctima poco antes de morir se había refugiado en una comisaría porque temía que la estaban siguiendo. EBP