Las noticias falsas o fake news se han convertido en uno de los grandes males de nuestro tiempo. En una era marcada por el exceso de información (se genera mucho más contenido del que es posible consumir y éste tiende a ser cada vez menos profundo), las noticias falsas vienen a añadir ruido y desinformación, normalmente con la finalidad de defender una idea o creencia a través de afirmaciones que la impulsen, o bien que carguen contra el punto de vista contrario o las personas que lo representen. ¿Qué es una fake new y cómo puedes identificarla?
El término fake new procede del inglés y significa 'noticia falsa'. Es un tipo de bulo que se crea a partir de contenido de apariencia periodística (en cualquiera de sus formatos) que es difundido a través de cualquier tipo de plataforma, especialmente portales online de noticias y redes sociales, pero también prensa escrita, radio, televisión... en muchas casos los usuarios temen que usen de una forma torticera sus datos.
Las características del entorno digital y del universo de Internet, donde el consumo de información es más rápido y expansivo que nunca (y, normalmente, menos profundo), convierten este espacio en el caldo de cultivo perfecto para la difusión de este tipo de contenidos. Por eso es importante plantearse siempre la fiabilidad de la fuente y analizar el contenido con detalle antes de compartirlo: muchas veces nos encontramos, por ejemplo, con titulares falsos que luego son desmentidos en el propio cuerpo de la noticia, pero que calan en quienes no se molesten en seguir leyendo. Otras veces nos encontramos con 'noticias’ directamente falsas en toda su estructura, donde la intención de engañar (y el engaño mismo) es aún más claro.
El objetivo de las fake news es desinformar, manipular, inducir a error, desprestigiar, enaltecer... En definitiva, existe una motivación claramente opuesta a la voluntad de informar de forma veraz. Se podría decir que se trata de una forma moderna de propaganda que, sin embargo, dada la tecnología actual, cuenta con un poder de propagación (y de daño potencial) mucho mayor. De hecho, una fake new es normalmente diseñada previamente como tal, planteándose antes de su elaboración qué mensaje se quiere difundir y a través de qué canales para alcanzar un fin predeterminado y maximizar su efecto todo lo posible.
Es cada vez más habitual, por ejemplo, la aparición de fake news en contextos electorales, donde el efecto sobre la opinión pública puede llevar a auténticos vuelcos electorales y a una mayor polarización de las distintas opciones políticas.
Este término se relaciona también con el concepto de posverdad, que consiste en la distorsión deliberada de un hecho objetivo apelando a las emociones y a las creencias personales, con el fin de dirigir hacia una postura determinada a la opinión pública. En ambos casos, la verdad queda en un segundo plano: la posverdad da un valor secundario a los hechos y pone por delante los sentimientos, distorsionando así la realidad a través de algo tan humano y directo como una respuesta emocional. En el caso de las fake news, la distorsión es, si cabe, más burda: el engaño es mucho más directo porque no se ignoran los hechos objetivos para dejarlos en un segundo plano, sino que directamente se falsean.
Para evitar caer en la trampa y difundir este tipo de contenidos, estas son algunas pautas que conviene seguir:
Por último, hay que tener en cuenta que detrás de este tipo de bulos hay normalmente intereses políticos, y que quienes las crean ganan más dinero cuanto más se comparten, por lo que la motivación de sus diseñadores es crear falsas noticias lo más virales y atractivas posible.
Las noticias falsas circulan por ello mucho más rápido que las reales, especialmente cuando tienen que ver con políticos. Probablemente la mejor forma de evitar caer en la trampa de este tipo de bulos sea estar bien informado y tomar un rol activo como integrantes de la opinión pública: cuanto más leamos y más variadas sean nuestras fuentes, más difíciles de engañar seremos.