Qué dicen tus ojos de tu salud
La doctora Kerrie Meadens señala las principales causas de las enfermedades que puedes ver reflejadas en tus ojos
Los ojos son reflejo del alma, en este caso de la salud del cuerpo. La doctora Kerrie Meades, oftanmóloga y directora de Personaleyes ha indicado que los síntomas ópticos en muchas ocasiones señalan problemas como la diabetes, la sobreexposición a la pantalla del ordenador o al sol en un artículo del Femail. Entre ellos señala:
Aros blancos alrededor de la córnea
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Si posees esta característica alrededor de la córnea o del iris los expertos recomiendan acudir al nutricionista porque podría tratarse de tener alto el colesterol. No obstante, señala que este fenómeno también se produce a medida que nos vamos haciendo mayores aunque si estos aros aparecen teniendo menos de 45 años, recomienda acudir a un especialista.
Ojos llorosos
Los ojos que lloran con facilidad, e incluso en momentos en los que no debería como cuando estás tumbado y uno de ellos comienza a lagrimar, son indicio de una sobreexposición a la pantalla. "En la era digital pasamos mucho tiempo mirando las pantallas sin parpadear lo suficiente porque ya nos hemos acostumbrado a ellas, por lo tanto la frecuencia del parpadeo disminuye y las lágrimas se absorben, lo que significa que tus ojos lloren" explica la doctora.
La solución inmediata sería dejar de pasar tanto tiempo frente a las pantallas: ordenadores, móviles, televisiones, etc. Sin embrago, si trabajas con el ordenador la recomendación sería que hicieses descansos y que parpadees tanto como puedas, de esta forma, poco a poco, forzando este gesto podrás tener una frecuencia de parpadeo idónea.
'Floaters'
Los 'floaters' son pequeñas motas que puedes ver en ocasiones en tu campo de visión. No todos pueden verlas, y generalmente se trata de una señal de la edad. Sin embargo, si se incrementa la cantidad de veces que ves estas motas en pocos meses, debes acudir a un especialista porque podría tratarse de un desprendimiento o desgarro de la retina.
Ojos amarillos
Cuando la esclerótica (parte blanca del ojo) en vez de ser blanca es amarilla, es un indicio de que algo va mal en tu cuerpo. Comúnmente se llama ictericia, este color amarillento no sólo se produce en las escleróticas de los ojos sino también en el color de la piel. La icteria se produce cuando hay un exceso de bilirrubina, que a su vez se produce por la ruptura de los glóbulos rojos. Si padeces de icteria deberás acudir al doctor inmediatamente.
Ojos secos
Es común, la causa por la que la padecemos normalmente es por la alergia. Para que no vuelva ocurrir debes identificar a qué tienes alergia y restringirlo al mínimo o tomar un antihistamínico.
Ojos 'espasmódicos'
En alguna ocasión todos hemos sentido cómo nuestros ojos sentían un espasmo. La causa: el estrés acumulado. "El espasmo ocurre cuando el nervio se dispara y el músculo del ojo se contrae" indica Meades. Además, recomienda que aunque los expertos aseguren que es "común y benigno"; sigue siendo un signo de que debes relajarte y descansar un poco más.
Manchas blancas en la córnea
Puede ser indicio de una infección de córnea. Generalmente que se infecte la córnea es complicado, a menos que se haya padecido un trauma, la doctora señala que las personas que usan lentillas son las más afectadas. Para que no ocurra simplemente deben darle un cuidado metódico e higiénico a las lentillas.
Visión borrosa
Es una de las más preocupantes, puede indicar problemas oculares y diabetes. Consultar al oftalmólogo es fundamental en caso de sufrirla para que detecte qué lo ha causado.
Ojos hinchados y ojeras
Este punto es conocido tanto por su aparición como la causa que lo provoca: dormir poco. No obstante, si persiste la hinchazón puede ser indicativo de una infección aunque los más probable es que se trate de una señal de que estás cansado y de que necesitas dormir.
Mancha amarilla en la córnea del ojo
La sobreexposición al sol puede provocar que se formen manchas amarillas entre la esclerótica y el iris en la córnea. Las soluciones son tres: llevar gafas de sol, gorra o situarnos en la sombra cuando nos encontremos en el exterior.