Este producto, que ya usan varias marcas de cosméticos y productos de limpieza, está hecho a base de piel humana real que ha sido donada tanto por personas que se han sometido a operaciones estéticas como de circuncisiones. También National Disease Research Interchange dona toda aquella piel que sobra de sus investigaciones.
En pequeños parchecitos, que incluyen pieles de todas las edades y géneros, son enviados a las empresas que consideran que, aparte de ser una buena alternativa al muestreo en animales, además da una idea más exacta de cómo funcionará el producto en la piel humana, según recoge el diario ‘Metro’.