Cuatro fallecidos en trágicas circunstancias en los últimos tres meses. Este es el trágico balance de Escalante, el municipio cántabro de 800 habitantes en el que vivían la mujer asesinada en su domicilio y su marido, muerto en un accidente de tráfico. Unos hechos que la Guardia Civil investiga como un posible caso de violencia de género.
Tan solo dos meses antes, el pasado 12 de mayo, otro accidente mortal terminaba con la vida del matrimonio que viajaba en el vehículo. En este caso, un coche envestía al de la pareja mientras esperaban a que un semáforo se pusiera en verde. El hombre falleció en el acto, mientras que la mujer murió una semana después en el hospital.
El conductor del vehículo dio positivo en alcohol, lo que provocó que pudiera perder el control del vehículo antes de estampar contra el otro coche. Sin embargo, la Guardia Civil también maneja la hipótesis del exceso de velocidad debido a que el automóvil en el que viajaban las dos víctimas mortales se desplazó unos 50 metros.
Aparte de este siniestro, otro accidente de tráfico terminó con un balance de dos hombres heridos graves y una mujer con pronóstico reservado, tal y como ha publicado El Diario Montañés. Los hechos tuvieron lugar en el kilómetro 2 de la CA-241 entre Ciceros y Santoña, donde dos vehículos chocaron frontalmente.
Ahora el municipio intenta asimilar el complicado puzzle en el que se ha convertido la muerte de un hombre en un accidente de tráfico y el posterior descubrimiento del cuerpo de su mujer apuñalado en el domicilio conyugal. Por el momento, las dos principales hipótesis que maneja la Benemérita es que el varón se suicidara tras la agresión o que, en plena huida tras el crimen, perdiera el control del vehículo estrellándose violentamente contra el tronco de un árbol.