Los exámenes de la EBAU, la antigua selectividad, vienen marcados por los protocolos de seguridad a causa de la pandemia por coronavirus. Las jornadas de selectividad en Navarra, la única región que las convoca esta semana, sirven como prueba de las medidas higiénicas que después replicarán el resto de territorios. Las medidas excepcionales serán fundamentales en estas pruebas: se han multiplicado las sedes, incluyendo pabellones deportivos o recintos feriales y el uso de mascarilla es obligatorio, además de respetar la conocida distancia interpersonal entre el alumnado.
El estado de alarma provocó el cierre de todos los centros educativos el pasado 16 de marzo, lo que causó un retraso en las fechas de las pruebas, que estaban previstas inicialmente a principios de junio en todas las comunidades autónomas. El acuerdo alcanzado entre el ministerio de Educación y la comunidades autónomas a finales de marzo, en una reunión telemática de la Conferencia Sectorial de Educación, trasladó la EBAU a finales de junio y principios de julio, con un formato de examen que incluye más opciones de respuesta, de modo que los estudiantes pueden responder a contenidos impartidos en clase antes de la pandemia y enseñanza online.
"Decidimos retrasar para que se pudiera celebrar en condiciones más seguras para todos. También acordamos adaptar la prueba a esta circunstancia excepcional para que tenga mayor opcionalidad y de esta forma la evaluación sea más justa", explicaba la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá. "Pido un último esfuerzo a los alumnos, que sé que lo han estado haciendo desde marzo, estudiando en condiciones difíciles. Estoy segura de que va a merecer la pena porque el futuro les está esperando y necesitamos todos sus talentos", añadió la ministra.
Los ministerios de Sanidad y Educación remitieron el pasado mes de mayo una serie de recomendaciones para celebrar la EBAU con garantías frente a la pandemia en todas las comunidades autónomas. El Gobierno puso el foco en las aglomeraciones, por lo que sugirió multiplicar las sedes, algo que finalmente se ha hecho. Las entradas serán escalonadas y las aulas serán desinfectadas después de cada prueba.
Además, cada comunidad ha elaborado un protocolo propio. El control del acceso y la limpieza exhaustiva son pautas que comparten todas las regiones de España, pero algunas presentan diferencias en cuanto a las medidas: Cataluña, Madrid, Andalucía o Galicia obligan a realizar la prueba con mascarilla, pero otras comunidades permitirán a los estudiantes retirarse el material de protección una vez estén sentados en el aula. Eso sí, los alumnos, antes de tomar asiento, deberán limpiarse las manos con gel desinfectante.
El aumento de sedes es otra de las novedades este año. El objetivo, que los estudiantes estén más cerca de su domicilio y estén menos expuestos a un posible riesgo. En Aragón, se ha pasado de 14 sedes disponibles el pasado curso a 84 esta edición, y su Gobierno recomienda ir a pie a los exámenes, evitando el uso del transporte público.
También se habilitarán institutos en toda España, muchos en zonas rurales, incluyendo recintos preparados para aforos multitudinarios. Los pabellones de portivos de Oviedo y Gijón, en Asturias, se transformarán en enormes salas de exámenes. También el recinto ferial Bilbao Exhibition Centre, ubicado en Barakaldo, BEC, abrirá sus puestas para estas jornadas. Los estudiantes deben acudir con antelación a todas las sedes. Estará vetada la asistencia de personas que presenten síntomas compatibles con la COVID-19. Tampoco podrán ir acompañados de familiares.
Las comunidades presentan otras diferencias más candentes en cuanto a las medidas; Castilla y León insta a sus estudiantes a guardar sus materiales en bolsas de plástico; Asturias obliga a recogerse el pelo a los jóvenes con melena larga; Andalucía recomienda entregar los exámenes usando guantes, además de poner en cuarentena los documentos de los alumnos durante seis horas -antes de que los vuelva a tocar otra persona-.
Algunas comunidades también ponen especial atención a la salida de las aulas, donde se pueden concentrar los alumnos. Se tratará de impedir los 'corrillos' de estudiantes; Extremadura prohíbe reuniones de grupos, por mínimas que sean, en los descansos, además de comer en espacios cerrados; Madrid aconseja acudir a las pruebas con agua, alimentos y material para consumo personal -nada de compartir-; y Catauña ha eliminado el uso de máquinas expendedoras de comida o fuentes de agua.