¿Se imaginan mirar una hoja durante unos segundos y eliminar, de por vida, cinco dificultades ortográficas? Pues eso es posible. Es lo que afirma el creador de SIO (Sistema de Inteligencia Ortográfico), un método que promete ayudar a combatir las faltas de ortografía más comunes. Aquellas en las que se cuela una ‘v’ en lugar de una ‘b’ o en las que la letra ‘h’ brilla por su ausencia.
José Ramón García Guinarte (Pontevedra, 1970) es el profesor que ha desarrollado esta herramienta. Lleva más de 25 años estudiando cómo funciona el cerebro y asegura que el método es infalible, tanto el niños como en adultos. “Parece un juego de niños porque se ven dibujos animados muy atractivos y vistosos. Pero oculta un programa mental muy potente”, asegura a NIUS este especialista en Neurolingüística. Un programa que va a entrar en nuestra mente, asegura, y nos va a permitir procesar las letras y corregir la ortografía de las palabras.
El método se entrena a través de un libro de 200 páginas. Empieza con la presentación de doce personajes. Cada uno de ellos dota de vida a aquellas letras que entrañan dificultades en nuestra lengua. “Al cerebro le gustan las cosas vivas. Si tú relacionas a las grafías, por ejemplo la ‘v’ o la ‘b’, con un personaje que las represente les estás dando vida”, sostiene. Otra de las claves está en presentar las grafías de forma estructurada. “El método se estructura en láminas donde se presentan, de cinco en cinco, las dificultades ortográficas más comunes”, explica.
Cada lámina está representada por un personaje. En una, por ejemplo, se puede ver una vaca volando que se va de vacaciones en verano. Una imagen surrealista, pero efectiva. “El cerebro, solo con ver esa lámina y las imágenes que en ella están representadas, asocia al personaje que representa con esa dificultad ortográfica y la elimina”, asegura. Es un método que se aprende de forma rápida y casi de manera automática.
El libro permite corregir 300 palabras que causan conflictos a la hora de escribir con solo un golpe de vista. “Eliminas las dificultades ortográficas de por vida porque esa lámina ha quedado grabada en tu cerebro. Parece magia, pero es que el cerebro funciona así”, dice este especialista.
García Guinarte lleva 25 años trabajando con alumnos en el Instituto de Neurociencias y Alto Rendimiento, ubicado en Pontevedra. Allí ha constatado que las dificultades con la ortografía persisten en una tipología específica de alumnos, independientemente de sus hábitos de lectura, de su edad o de su nivel académico. “Ser un gran lector no garantiza no cometer faltas de ortografía”, dice. Solo es una garantía, defiende, para aquellos que tienen una inteligencia visual.
Cada cerebro funciona de forma diferente. “Aquellas personas en las que predomine la inteligencia visual, generalmente tienen menos problemas con la ortografía. Simplemente, con leer un poco, para ellos es muy fácil fotografiar las palabras y que estas se representen como una foto en su mente. Sin embargo, las personas en las que predomina una inteligencia verbal o cinestésica, basada en sensaciones, van a tener muchos más problemas porque no tienen una fórmula para poder representar mentalmente las palabras escritas. ¿Cómo representas en sonidos la escritura de una palabra”, pregunta.
Esto explica por qué algunos niños tienen que escribir una palabra para saber cómo se escribe. “Ese niño sería cinestésico porque el movimiento de su mano es el que le permite descubrir cómo se escribe una palabra”, explica. El sistema SIO permitiría dar pistas a todas esas inteligencias. “El método demuestra que el cerebro humano no tiene límites y que solo hay que poner a su alcance un programa mental que se adapte a su modo de funcionamiento para erradicar los problemas que no puede identificar de otro modo”, explica.
El programa ha salido al mercado en tres formatos: publicado como un libro físico, editado como un libro digital y como un iBook interactivo. En solo 24 horas se ha convertido el libro educativo más vendido en Amazon. Su creador dice que SIO no tiene limitaciones de edad. Puede ser utilizado, indistintamente, por niños, jóvenes o adultos.
“Tras finalizar la fase de entrenamiento, cada vez que el alumno se encuentre una nueva palabra que le suponga alguna dificultad, deberá crear en su mente una imagen que la represente y automáticamente asociarla con el personaje correspondiente”, dice. De esta manera las dificultades continuarán desapareciendo, casi por arte de magia.