La Policía Nacional ha detenido este miércoles en Barcelona y Madrid a cinco presuntos yihadistas, entre ellos un supuesto cabecilla que había captado a los demás en un grupo de jóvenes delincuentes, al detectar que estaban realizando gestiones para comprar un fusil kalashnikov.
La Policía ha dado cuenta en un comunicado de estas detenciones, desarrolladas por agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional y de la Brigada Provincial de Información de Barcelona, dirigida por la Audiencia Nacional y con colaboración del CNI, el FBI, Europol y los servicios de seguridad de Argelia.
Se trata de la segunda parte de la operación Arbac, desarrollada en enero de este año en la que fueron arrestados tres presuntos yihadistas, uno de ellos un supuesto "retornado" del Dáesh de nacionalidad argelina que habría combatido en la zona de conflicto sirio-iraquí.
Durante esa investigación, se averiguó que los arrestados contaban con la ayuda de un sujeto que coordinaba desde Argelia las medidas de seguridad de los recién llegados a España para no ser detectados por los Servicios de Seguridad.
Los investigados lo llamaban "Sheikh", es decir "Jeque", con lo que se le consideró el referente del grupo investigado.
Cuando se detuvo a los tres presuntos yihadistas se mantuvo la atención sobre su presunto jefe y, a finales de marzo, se detectó su entrada en España y que se instalaba en Barcelona, tal y como habían hecho sus predecesores.
La investigación posterior permitió identificarlo y comprobar su vinculación con DAESH desde el año 2016, cuando fue detenido en Turquía al intentar entrar en zona en conflicto para unirse al grupo terrorista.
Una vez puesto en libertad recorrió varios países como Malasia, Tanzania y Argelia, donde continuó realizando labores de captación para la citada organización.
En Barcelona, se rodeó de un grupo de jóvenes delincuentes argelinos que se dedicaban de manera organizada al robo de turistas. Desde su llegada se comprobó que varios de ellos mostraban altos signos de radicalización.
La Policía ha decidido detenerlos al detectar que uno de los integrantes del grupo estaría realizando gestiones para la adquisición de un fusil kalashnikov. En el domicilio del líder de la célula se hallaron tres machetes (de 60, 57 y 51 centímetros) y unos setenta cartuchos. Se han hecho otros dos registros en domicilios y uno en una celda, dado que uno de los detenidos está en prisión por otros delitos.
Los otros cuatro han comparecido este miércoles ante el juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea, que ha ordenado su ingreso en prisión. El quinto declarará en próximos días.
Los detenidos están acusados de pertenencia a organización terrorista y autoadoctrinamiento. Al presunto líder del grupo, además, se le imputa un delito de adoctrinamiento activo.