El Gobierno aprueba un anteproyecto para ampliar la prisión permanente revisable
David Oubel, el parricida de Moraña, es el único condenado en España a prisión permanente revisable por asesinar a sus hijas Candela y Amaya. Estará al menos 30 años en prisión, y será entonces cuando se valore si es capaz de reinsertase en la sociedad. Se le ha aplicado el Código Penal de 2015, que desde entonces contempla esta pena extraordinaria para delitos como el suyo: asesinato múltiple, con víctimas menores de 16 años.
Hoy el Gobierno ha aprobado un anteproyecto de ley que incorpora otros cuatro delitos a los ocho ya vigentes (dos de los cuales hemos señalado) para la prisión permanente revisable. Para los asesinos que oculten el cadáver y no colaboren en su hallazgo; para los autores de secuestros que acaben en asesinato; para quienes causen la muerte a más de dos personas al provocar incendios o liberar elementos nucleares o radiactivos. También, para los violadores reincidentes.
El padre de Diana Quer, Juan Carlos, asegura que es obligación de los políticos tener en cuenta lo que demanda la sociedad, para proteger a los más vulnerables, los niños, los discapacitados, las mujeres que sufren agresión sexual. La lucha de los Quer es también la que un día inició la familia de Marta del Castillo, la de Mariluz Cortes o de Sandra Palo. Más de dos millones de personas apoyan su petición para que no se derogue en el Congreso la pena extraordinaria aprobada hace dos años. Una pena prevista también para asesinatos por terrorismo, magnicidios, asesinatos de bandas organizadas o después de una agresión sexual.
El Gobierno da luz verde a un anteproyecto de ley que impulsa estos cuatro supuestos para aplicar prisión permanente revisable, cuando en el Congreso de los Diputados está pendiente de votación una proposición del PNV para derogar la pena, considerada como una cadena perpetua encubierta (algo que específicamente rechaza la Constitución), con el apoyo de la mayoría de grupos y la sola defensa del PP.