El asesinato de un niño de 11 años a manos, presuntamente, de su padre en Sueca (Valencia) sería el primer caso de violencia vicaria este 2022 en España. El presunto parricida se encuentra en el cuartel de la Guardia Civil de Sueca a la espera de pasar a disposición judicial, y según una mujer que conocía al padre del niño asesinado ya había amenazado con matarlo: “Dijo que lo iba a matar y lo ha cumplido”. La policía ha confirmado que el padre mató a su hijo con un cuchillo de cocina.
La madre llamó al 112 después de que el padre no le dejase entrar en la vivienda. Tras llamar al timbre y el padre negarse a abrir la puerta, es cuando llamó a la policía: “Ella algo se imaginaría y es cuando ha llamado a la policía. Han llegado y han abierto", dice una vecina de Sueca. La localidad valenciana está conmocionada y todos los partidos políticos han mostrado su repulsa.
Una mujer que conocía al presunto parricida ha señalado que ya había amenazado con matar a su hijo: “Dijo que lo iba a matar y lo ha cumplido”, explica la mujer en el Diario de Levante. El padre del niño asesinado llevaba tiempo bebiendo grandes cantidades de alcohol y habría cometido el asesinato después de que la madre le dejase estar con el niño el fin de semana.
El hombre tenía una orden de alejamiento y tras confirmarse la muerte del niño, el padre fue inmediatamente detenido. El presunto parricida se encuentra detenido en el cuartel de la Guardia Civil de Sueca y se desconoce cuándo pasará a estar a disposición judicial.
Una camarera de la zona se excedió con el alcohol y explica así como fue su conversación con el presunto parricida: “Bebía un quinto tras otro. Decía que estaba muy bien, que no le había pasado Y se puso tan pesado y tan imposible que me puse con el teléfono y le dije que o se iba o llamaba a la Guardia Civil. ‘No no, a la Guardia Civil, no’, me decía”.
El asesinato del niño de 10 años, que cumplía 11 este fin de semana, sería el primer caso de violencia vicaria en este 2022. La violencia vicaria se considera violencia de género y la sufren casi dos millones de menores en España. El código penal recoge para sus asesinos la prisión permanente revisable.